El viacrucis por el que pasan empleados o exempleados que cotizaron en el antiguo sistema de pensiones a través del IDSS y otras instituciones, tiene otras vertientes.Cuando el empleado pensionado o en proceso de pensión fallece, por ley debe hacerse un traspaso de los beneficios a la viuda (o), hijos menores y discapacitados. Estos son considerados como los casos más difíciles de resolver, según explica el sindicalista, Rafael (Pepe) Abreu, quien sirve de mediador a cientos de personas que “mendigan” una pensión. Indica que cuando la persona está en proceso de pensión y muere, la viuda o viudo debe continuar el proceso, que con dificultad tramitaba el difunto.
El otro caso se da cuando la persona disfruta de su pensión y fallece, pero vivía en concubinato. Los requisitos son muchos y, a pesar de que los familiares cumplen con ellos, las autoridades terminan desestimando el caso.
Uno de esos testimonios es el de María Luz Escalante, de 68 años, quien narra con pesar el martirio que ha pasado para que le traspasen la pensión que recibía su esposo, Julio Batista, fallecido en mayo de 2009 y que devengaba una pensión de RD$5,117.50.
Explica que hizo la solicitud del traspaso en la Dirección General de Jubilaciones y Pensiones del Estado, del Ministerio de Hacienda, en febrero pasado, cumplió con los requisitos exigidos para comprobar que vivió en concubinato con la persona fallecida, pero le fue rechazada.
Después de la negativa llevó el caso a la Dida, pero todavía no ha recibido respuesta. Este es sólo uno de los cientos de casos que, según Abreu, se están dando en un sistema de salud excluyente.
