Un sindicalismo débil se enfrenta a fuertes gremios empresariales

El movimiento sindical, además de enfrentar serios problemas de pugnas internas y división, y las ofensivas antigremialistas de los diferentes gobiernos, también ha tenido en el sector empresarial a su principal adversario.

El movimiento sindical, además de enfrentar serios problemas de pugnas internas y división, y las ofensivas antigremialistas de los diferentes gobiernos, también ha tenido en el sector empresarial a su principal adversario.Teniendo como aliados a los gobiernos y el aparato estatal, en 1952 es fundada la Confederación Patronal de la República Dominicana (Copardom) como sindicato de empleadores, con el objetivo de asumir la representación y defensa de sus miembros a nivel nacional en todo lo que atañe a los asuntos laborales.

Sin embargo, actualmente, la principal organización empresarial del país es el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep), el cual aglutina empresas, grupos de empresas y a la vez asociaciones de empresas de distintos sectores de la economía.

Igualmente, existe la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), que también exhibe una gran influencia en todos los renglones de la economía nacional incluyendo los aspectos laborales.

El sector empresarial participa activamente en la discusión, y en muchos casos, en la elaboración de los proyectos legislativos.

Representación

Mientras el sector sindical se muestra divido tanto orgánicamente como en sus posiciones públicas, el Conep participa activamente en casi todos los debates de la economía nacional, opinando y defendiendo posiciones desde aspectos electorales, reformas legislativas, debates sobre creación de nuevos impuestos, firmas de tratados internacionales y, ante todo, definiendo las relaciones laborales y de seguridad social.

El Conep y la Copardom actúan coordinadamente en la representación ante el Consejo Nacional de la Seguridad Social, el Comité Nacional de Salarios y el Consejo Consultivo adscrito al Ministerio de Trabajo, entre otras instituciones.
Igualmente, en la delegación de empleadores ante la conferencia anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) siempre hay, por lo menos, un representante de ambas instituciones.

Otras instituciones

Existen otras organizaciones empresariales, a nivel sectorial o regional, que tienen también bastante incidencia en múltiples aspectos de la economía nacional y que se interesan en los aspectos laborales, como es la Asociación Dominicana de Zonas Francas, que aglutina a las empresas en el sector de maquiladoras.

Igualmente está la Asociación de Industriales de Herrera y provincia Santo Domingo, que agrupa los empresarios de esa zona geográfica industrial; la Asociación de Industriales de Haina, que aglutina empresarios de otra zona apéndice a la ciudad de Santo Domingo; Asociación de Industriales de Santiago, que agrupa las empresas de esa provincia, y la Asociación  Nacional de Jóvenes Empresarios (Anje).

Aprovechando la división

Para el abogado Ángel Veras Aybar, los reveses que ha tenido el sector laboral se han debido, en su mayoría, a que la clase patronal ha sabido aprovechar la situación de debilidad del movimiento sindical.

Señala que, precisamente, esa es una de las razones por las que hay que replantearse el relanzamiento del sindicalismo y nuevas formas de organización, “pues en toda confrontación lo lógico es que se aprovechen las debilidades”.

“Sin un movimiento sindical fuerte es imposible poder incidir en el debate, en la toma de decisiones del Estado, y menos en la obtención de pactos de trabajo que garanticen los justos beneficios de los trabajadores”, apunta.

Para Veras Aybar se hace más que imperiosa la necesidad de fortalecer el movimiento sindical, a fin de poder construir relaciones laborales justas y que vayan en beneficio de la clase trabajadora del país.

Patronos inciden en los proyectos laborales

En la República Dominicana, sobre todo al inicio de la década de 1990, se ha creado una cultura de diálogo social o concertación, de tal suerte que casi todos los proyectos de reforma se someten previamente al debate nacional.

Cuando esto ocurre, el sector empresarial, a través de sus principales organizaciones, participa activamente, tanto en el debate como en la elaboración de los proyectos; e incluso, cuando las iniciativas de leyes están en las diferentes comisiones de las cámaras legislativas, también el sector empresarial tiene cierta participación e incidencia en su contenido.

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