El maridaje perfecto para la cena de Nochebuena

La Nochebuena es una ocasión muy especial para reunirse con la familia y con los amigos, sobre todo alrededor de la mesa;  y el vino, el whisky y la cerveza son, sin lugar a dudas, uno de los ejes centrales de esta celebración navideñaCon…

La Nochebuena es una ocasión muy especial para reunirse con la familia y con los amigos, sobre todo alrededor de la mesa;  y el vino, el whisky y la cerveza son, sin lugar a dudas, uno de los ejes centrales de esta celebración navideña
Con un menú navideño tan variado y condimentado como el dominicano, usualmente compuesto por el tradicional lechón asado, el pavo y múltiples guarniciones, muchos se pregunta,  cuáles son los  vinos a comprar para esa noche tan especial, ya  que esta bebida es la más difícil de maridar con las comidas.

Aunque no hay una regla escrita sobre qué vinos servir durante este pequeño festín gastronómico, es bueno tener en cuenta que se deben adaptar a los gustos de quien los disfruta, pero siempre dentro de ciertos límites que conviene respetar, con el fin de lograr consonancia entre estos y los aromas, sabores, texturas y composición de los platos.

Raúl Rodríguez gerente de Retail y programas de lealtad de la Enoteca, dice que el cerdo, como carne blanca, armoniza muy bien con vinos blancos de gran cuerpo o tintos de cuerpo ligero y medio, pero siempre de importantes expresiones aromáticas. “Recordemos que para la preparación del cerdo se utiliza naranja agria, ajo, orégano, verduras y especias, elementos que lo enriquecen sustancialmente de complejos aromas. Con los vinos adecuados se lograrán diferentes experiencias, todas agradables, algunas más conservadoras o tradicionales y otras más atrevidas”, agrega.

“El objetivo general en el maridaje siempre será lograr un mayor disfrute en el comensal, y preferiblemente una nueva experiencia cada vez”, señala Rodríguez, “que sea tan acertado, que nos haga recordar la Nochebuena desde un enfoque gastronómico, como una muy grata experiencia”, argumenta.

Total armonía

Para obtener una armonía “conservadora”, el Pinot Noir, uva con la que se produce el champagne y principalmente vinos de la región francesa de Borgoña, es excelente para el lechón asado criollo. Si el vino seleccionado cuenta con una buena crianza en barricas, aportará complejidad y estructura con aromas tostados o ahumados que acompañarán muy bien los aromas ahumados del lechón asado. “Si se desea alcanzar un maridaje algo más “tradicional”, la uva Tempranillo es una apuesta segura. De hecho, quienes hayan visitado Segovia, en España, seguro han degustado de su famoso cochinillo con una copa de la Ribera del Duero o Rioja”, dice el experto.

Si se trata de pavo

El pavo es una de esas carnes que, aunque no cocinamos cotidianamente, suelen estar llenas de buenas asociaciones y recuerdos, pues por lo general, es en días de fiesta cuando nos animamos a preparar una de esas suculentas aves.

Y al ser celebración, de seguro el vino le hará compañía, así que es muy importante escoger la pareja adecuada para que plato y copa se apoyen y la experiencia sea aún más placentera.  Para los novatos del vino hay buenas noticias, el pavo es como un gran actor pues siempre intenta hacer quedar bien a su contraparte, aunque es bueno tomar en cuenta algunas sugerencias para pasar de una combinación aceptable a una inolvidable.

Si el pavo está preparado al estilo norteamericano, con un relleno dulzón y cranberry sauce, un vino tinto joven y afrutado, con algo de especias dulces es un buen complemento. Por ejemplo, un shiraz, un merlot o mejor aún, un blend que los incluya a ambos.

Si tus invitados son de los que prefieren vinos blancos, están de suerte pues aunque eso de que carnes blancas con vinos blancos no está escrito en piedra, en el caso del pavo hay deliciosas alternativas bajas en acidez y de delicado dulzor y aroma a frutos y flores, como el Riesling y el Gewurztraminer alemanes, que hacen gran compañía. Un rico viognier chileno también es recomendable.
Otra buena noticia con el pavo:  es una excelente ocasión para tomar rosé, de preferencia uno que no sea muy dulce como un Malbec o un Shiraz. También se aplaudirá un espumoso, por ejemplo, un prosecco brut o, ya que estamos de fiesta, una copa de champagne.

¿Y las ensaladas?

En esta área culinaria de las ensaladas hay pocos alimentos clásicos acompañantes de vino, porque tradicionalmente la ensalada ha sido considerada “hostil” al vino desde tiempos inmemoriales. Aderezos ácidos y verdes y las verduras crudas no hacen buenas migas con el vino, así que ¿por qué molestarse? La sabiduría convencional dice que uno puede saltarse el vino a la hora de la ensalada, o tomar un vaso de agua con gas. El maridaje de vinos y ensaladas estaba condenado a no existir.

Sin embargo,  para privarse de un gran vaso de vino con una gran ensalada, sobre todo ahora que las ensaladas son mucho más que un plato de lechugas mixtas que actúan como un limpiador de paladares. Las ensaladas de hoy son muchas veces las protagonistas del menú , llenas de sabores y texturas fabulosas e intrigantes. Cuando se hacen con los ingredientes adecuados, pueden ser las compañeras ideales para una amplia gama de vinos, desde un Sauvignon Blanc  pasando por un suave Chardonnay, hasta un terroso Côtes du Rhône. Incluso Riesling secos y Gewürtzraminer pueden acompañarse con las ensaladas que tienen notas dulces.

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