Incumplimiento presupuestario

Para nadie es un secreto que el país enfrenta severos problemas fiscales a mediano y largo plazo.

Para nadie es un secreto que el país enfrenta severos problemas fiscales a mediano y largo plazo. Estos tienen que ver con una muy cuestionable calidad del gasto público, una insuficiencia de recursos, una carga tributaria muy desigual que además de acentuar la inequidad entre poblaciones y sectores económicos, promueve la evasión y la elusión, unos crecientes compromisos de deuda y un subsidio al sector eléctrico que se traga una impresionante cantidad de recursos sin que estos se capitalicen para lograr un servicio más eficiente.

Adicionalmente, a pesar de algunas innovaciones interesantes en el presupuesto de 2014, como los documentos que lo vinculan a la Estrategia Nacional de Desarrollo (END) y al Presupuesto Plurianual del Sector Público, y del que establece algunas metas físicas para el gasto público, el ejercicio presupuestado todavía acusa una importante falta de transparencia, tanto en la calidad como en la oportunidad de la información servida, y de escasos mecanismos de participación de la ciudadanía.

Sin embargo, en el corto plazo, el principal problema presupuestario es otro. No es tanto la debilidad en las recaudaciones. Después de todo, entre la Ley de  Amnistía y los recursos que empezó a aportar la minería, han venido salvando la situación. El principal problema es la incapacidad del Estado de ejecutar el programa de inversiones públicas que se propuso.

Hasta el mes de octubre, el gobierno había ejecutado apenas el 48% del presupuesto total de gasto de capital para 2013. Para cumplir con el presupuesto de inversiones, el gasto de capital promedio mensual debería ser de alrededor de RD$ 8,200 mil millones. Sin embargo, entre enero y octubre, este fue de RD$ 4,700 millones.

En abril el gobierno advirtió el tremendo rezago que estaba experimentando el programa, aunque intentó cubrirlo diciendo que estaba generando un superávit debido a sus esfuerzos de ahorro.  Contradictoriamente,  su respuesta fue anunciar una aceleración del programa de inversiones. El colapso del crecimiento que reportó el Banco Central también ayudó a sonar la alarma sobre las consecuencias del pobre desempeño de las inversiones.

El resultado del esfuerzo fue bueno: en mayo y junio, el gasto de capital del gobierno más que duplicó el promedio mensual registrado entre enero y abril.  En ese período, en promedio se había gastado unos RD$ 3,500 millones, pero en mayo subió hasta RD$ RD$ 8,900  millones y en abril fue de RD$ 7,800 millones.

Sin embargo, a partir de julio el gasto de capital de nuevo se derrumbó. En promedio entre julio y octubre fue de unos RD$ 4,100 por mes, apenas la mitad de lo necesario para cumplir con el objetivo del presupuesto. De seguir a este ritmo, en diciembre, el gobierno sólo habrá ejecutado RD$ 56,600 millones, menos de un 58% de los RD$ 98,100 millones consignados en el presupuesto.

En términos del balance presupuestario, el resultado de esta fuerte subejecución del presupuesto es que hasta octubre, el déficit acumulado era de unos RD$ 28 mil millones (1.1% del PIB), siendo la meta hasta diciembre de unos RD$ 70 mil millones (2.8% del PIB).

Sin embargo, eso no ha implicado que el gobierno haya reducido su demanda de financiamiento. Hasta octubre, el gobierno había recibido casi RD$ 119 mil millones en créditos. Esto representa un 81% de los RD$ 146,400 millones que el presupuesto autorizó a contratar.

Todo lo anterior significa que, otra vez, el gobierno está sentado sobre un montón de dinero que no ha podido gastar. Es claro que el esfuerzo puesto en acelerar el programa de construcción de aulas, que incluyó el reemplazo de la cabeza del Ministerio de Educación, no ha dado los resultados esperados. Se suponía que el nuevo ministro iba a tener mayor capacidad política para vencer resistencias, pero al parecer no ha sido así y/o los problemas de ejecutar un programa como ese sobrepasan por mucho la capacidad de este Estado, y se requerirá mucho más esfuerzos y tiempo para ponerlo en condiciones de que cumpla.

De cualquier manera, es muy improbable que el programa de inversiones se cumpla, el 4% del PIB para educación difícilmente se cumplirá, el déficit presupuestario será menor a RD$ 70 mil millones pero la deuda no bajará, y el gobierno probablemente quedará con superávit de caja de 2013 que deberá trasladar a 2014.

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