Esperanza

El conocimiento sobre comportamiento criminal señala que quien comete un crimen es muy capaz de cometer otro u otros. Si para nuestros políticos tradicionalmente ha sido costumbre sustraer el dinero público, connatural ver a algunos también vincularse

Esperanza

Porque he verificado que las malas experiencias proveen los aprendizajes que pavimentan transformaciones positivas, endoso una frase compartida por Arianna Huffington, articulista y activista política europeo-estadounidense: “En la vida las cosas&#8230

Esperanza…

A veces nos formamos expectativas de personas o acontecimientos, que no son más que el resultado de nuestros deseos, prejuicios, alguna información…

El conocimiento sobre comportamiento criminal señala que quien comete un crimen es muy capaz de cometer otro u otros. Si para nuestros políticos tradicionalmente ha sido costumbre sustraer el dinero público, connatural ver a algunos también vincularse a adicionales actividades delictivas: estafas, tráfico de humanos, narcotráfico, violación de menores, balaceras, violencia de género, sicariato. Normalmente el país ha funcionado como un reino de impunidad a su favor, panorama que motiva gran desilusión ciudadana. Hoy yo prefiero confiar en que nunca es más oscura la noche que cuando va a amanecer y que la esperanza por lo bueno propicia lo aun mejor. Asomará el día que la legalidad impere y por fin se enderecen nuestros políticos. Así será.

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Porque he verificado que las malas experiencias proveen los aprendizajes que pavimentan transformaciones positivas, endoso una frase compartida por Arianna Huffington, articulista y activista política europeo-estadounidense: “En la vida las cosas que van mal son a menudo las mismas cosas que conducen a otras que van bien”. Intento pensar igual con relación al país y sus problemas. Que vamos en ruta hacia el punto luminoso en que el conjunto de sectores que manejan esta “guagua”, decidan enderezar su rumbo. Frenar las ambiciones particulares y aportar cada uno su cuota de sacrificio, para detener la reversa en que marcha actualmente. Que la nación cambiará, alcanzando efectivas condiciones de desarrollo equitativo. Tendrá que ser, algún día, por nuestra esperanza. 

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A veces nos formamos expectativas de personas o acontecimientos, que no son más que el resultado de nuestros deseos, prejuicios, alguna información o impresiones; extrañamente logramos hacerlo con una certeza genuina, o con total conocimiento. Nuestro corazón es un mundo paralelo al real, del cual la Biblia habla diciendo que es “engañoso”. Por ello, nos decepcionamos y frustramos ante cualquier pronóstico contrario.

Abraham, el padre de la fe, a sus 100 años, es el ejemplo de quien no se engaña a sí mismo con dudosas expectativas,  sino que pone sus esperanzas en el punto de apoyo correcto. Él creó esperanza contra esperanza, cuando “nada” era la realidad sobre el horizonte, porque confiaba en aquel que era  “todo” para él. l

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