El siglo XXI ha cambiado la visión del ser humano en relación a su entorno y, en el caso de los artistas, esto ha influido en la forma de plasmar las ideas en el arte. Así, las tendencias seguidas como expresión de las circunstancias, se asumen como una revelación de la personalidad más natural del creador en el ámbito de la intimidad entre sí mismo y su obra.
No obstante, en consonancia con el pensamiento individual mostrado por cada artista, cabe destacar la preocupación de muchos por revelar su ideal social de independencia. Pero lo cierto es que son pocos los creadores jóvenes en los que el contenido conceptual es tangible. No obstante, se puede recurrir a las excepciones y siempre hay quienes se convierten en la luz que resplandece y define el espacio, mientras se atempera la perspectiva, hasta entonces, fundida en la calidad difusa del ambiente.
De manera que atendiendo a los últimos eventos acontecidos, nos limitaremos a incluir algunos nombres de figuras que han mantenido su espíritu creador y que a pesar de su juventud, hoy celebramos el valor que suponen sus producciones visuales.
En este grupo podemos incluir la labor de Soraya Abu Naba’a, quien actualmente se encuentra trabajando en un proyecto de documentación visual, a partir del cual se apropia de la silueta de personas conocidas, develando así aspectos no sólo de su físico, sino también de lo emocional.
Según Abu Naba ´a, la producción que ocupa su tiempo forma parte de un procedimiento con el que se siente muy a gusto. De hecho, el origen de sus “nuevas” transfiguraciones lo encontramos al combinar lo que revelaban piezas de años atrás, pues la esencia es la misma. El conjunto es visto por ella como un archivo de interpretación de lo que logra captar por medio de su visión sensible como artista.
Otro ejemplo de un novel y virtuoso artista lo encontramos en Benjamín Cruz, quien se ha preocupado por emplear nuevos soportes para la proyección de su arte, al incorporar esta vez el papel de fibra de algodón combinando una serie de técnicas que le permiten expresar con mayor claridad, como él mismo argumenta, su visión del entorno y las preocupaciones existenciales y sociales como simple mortal que puede expresarse en un lenguaje sublime como el arte.
Asimismo, nos encontramos con las obras de Ed Vásquez, quien combina una serie de estilos que recrean una amalgama de formas y figuras, producto de su ir y venir en el tiempo, de su formación, pero fundamentalmente de ese proceso de producción intensa en el que constantemente se encuentra sumido. Lo principal será siempre el movimiento que genera con relación al aspecto físico de la pieza, en constante diálogo con la superficie en que trabaja, logrando un lenguaje que resulta difícil de expresar de otra manera. Es en la contemplación de su obra que logramos comunicarnos con la visión del artista y su mundo objetivado.
De igual modo, el artista Reyes Ocre nos sorprende con su universo de color, que por las tonalidades y la fuerza expresiva en sus composiciones podríamos asociar su quehacer como una voz desesperada que clama por mejores condiciones y más respeto por la naturaleza, insistiendo en mostrar su pasión por el océano y la vida que bajo su superficie gravitan.
Recientemente tuvimos la oportunidad de ver reaparecer las obras de Manuel Nina Cisneros, quien a pesar de haber permanecido distante del entorno expositivo, no así aconteció con su intenso afán por plasmar en el lienzo sus visiones del Caribe y su onirismo mágico, donde tanto el dibujo como el color alcanzarán su mayor expresión en el cuadro.
La representación de la diáspora no podría pasar desapercibida, vigente en la multifacética y multipremiada Joiri Minaya, quien se ampara en un discurso de reivindicación de la mujer y su rol en la sociedad. Lejos de ser vista como un ser virgen y/o hiper sexualizado, la artista intenta mostrar por medio de sus trabajos que la mujer, además de ser un ente reproductor, es pensante y puede encarar cualquier circunstancia. El sincretismo y las luchas sociales son temas que tampoco escapan a su universo visual.
Finalmente, nos place incorporar en este apretado compendio a Ruddy Taveras, quien se ha mantenido firme en la construcción de un universo visual coherente, mostrando una calidad técnica asombrosa, merecedora del respeto y la valoración de colegas y especialistas en la materia.
Por todo lo anterior, es nuestro deseo exhortar no sólo a estos creadores, sino a todos aquellos que sienten un real compromiso por el trabajo que realizan, que deben ser objetivos, procurando coherencia en su discurso, cultivando igualmente las constantes que les permitan explorar la realidad de su entorno sin renunciar a su autenticidad.
LOS EXPERTOS
Soraya Abu Naba´a
Licenciada en Bellas Artes por la Paris American Academy. En su formación destaca, además, sus estudios de dibujo intensivo en la Universidad de Parsons, París; de dibujo, pintura, historia del arte e introducción al diseño de moda en la Escuela de Altos de Chavón, Santo Domingo; curso de dibujo avanzado enfocándose en la anatomía humana, en la Escuela de Altos de Chavón en La Romana y curso de escultura en la Academia di Arti, en Florencia, Italia.
Benjamín Cruz
Licenciado en Artes Plásticas por la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Inició en el arte de forma autodidacta, con interés en el arte antiguo. Esto le motivó a realizar un viaje a Roma, Italia, para perfeccionar sus habilidades. Ha realizado varios cursos, entre ellos, el Taller Síntesis del Dibujo en la obra de arte actual, en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo; Curso intensivo de dibujo – Técnicas Actuales, Casa de Chavón, Santo Domingo, entre otros.
Reyes Ocre
Sus primeros pasos en el mundo del arte son de forma autodidacta, en una búsqueda interior que le permitiera descubrir cómo exaltar su visión del universo, de ahí que decidiera ensayar salpicar colores en el lienzo, expresando las motivaciones que le generaba el entorno en su natal San Francisco de Macorís. Más adelante, decidió formalizar sus estudios incorporándose a la Escuela Nacional de Bellas Artes en la ciudad de Santiago de los Caballeros.
Manuel Nina Cisneros
Desde muy temprana edad mostró vocación por las artes, lo que le guía al taller de su primo, el reconocido artista Dionisio Blanco, de quien se ve influenciado parcialmente, esencialmente en lo relativo a la aplicación del color en sus piezas. Es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes en Santo Domingo, espacio en el que se nutre de las enseñanzas de sus maestros, entre los que destacan Rosa Tavárez, Amable Sterling, Alonso Cuevas y Marianela Jiménez, entre otros.
Ed Vásquez
Su primer contacto con el arte inicia con sus visitas al taller de costura de sus padres. Más tarde asiste a la Escuela Nacional de Bellas Artes en Santo Domingo donde realiza estudios de dibujo y pintura. Luego se acerca al maestro Félix Disla Guillén, quien lo guía en su proceso de formación y experimentación. Es egresado de la Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón con el grado Cum lauden. Con el tiempo, la práctica se ha convertido en la principal escuela para este creador.
Ruddy Taveras
Desde niño tuvo claro que quería ser artista, logrando a los doce años una composición en términos técnicos de gran valor, lo que le motiva asistir a la Escuela Nacional de Bellas Artes en Santo Domingo y más tarde a Casa de Chavón en Santo Domingo, donde estudió fotografía y educación continua. En lo sucesivo decide seguir su camino de forma autodidacta mostrando interés por el hiperrealismo, tendencia sobre la que se ampara su producción visual.
Artista
Joiri Minaya
Su obra ha sido merecedora de grandes galardones, entre los que destacan el Premio del XXV Concurso de Arte Eduardo León Jimenes (2014) y el Gran Premio de la XXVII Bienal Nacional de Artes Visuales que organiza el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo (2013). Es egresada de la BFA Fine Arts, Parsons The New School for Desing, NY, US., así como de la Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón, donde estudió Bellas Artes e Ilustración, y de la Escuela Nacional de Artes Visuales de Santo Domingo.
