Enhogar: 54.2% ha cambiado hábitos por la delincuencia

Tal como plantean sociólogos consultados por elCaribe, la Encuesta de Propósitos Múltiples Enhogar 2015 revela que la sensación de inseguridad generada por la delincuencia ha llevado a las personas a cambiar sus patrones habituales de comportamiento,&

Tal como plantean sociólogos consultados por elCaribe, la Encuesta de Propósitos Múltiples Enhogar 2015 revela que la sensación de inseguridad generada por la delincuencia ha llevado a las personas a cambiar sus patrones habituales de comportamiento, restringiendo su movilidad y estilo de vida habitual.

De acuerdo con los resultados de la investigación realizada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el 54.2% de las personas ha dejado de realizar alguna actividad por miedo a la delincuencia; un 22.2% ha dejado de salir de su casa; 14.4% ha dejado de divertirse por miedo al fenómeno y un 4.8% ha dejado de visitar amigos y familiares.
Al analizar el dato por sexo, las mujeres son las más propensas a dejar de realizar sus actividades cotidianas. El 25.8% de ellas dijo haber dejado de salir de sus casas, frente al 18.4% de los hombres.

El miedo al crimen puede definirse como la perturbación angustiosa del ánimo que se deriva de la diferencia entre el riesgo percibido de ser víctima de un crimen y la victimización de hecho.

Conocer los niveles de miedo que sienten las personas podría ser un elemento para estudiar las consecuencias de la inseguridad ciudadana y cómo influye en los aspectos emocionales de los individuos.

En ese sentido, los resultados de la Enhogar -2015 acerca del miedo al crimen, muestran que a nivel general, un poco menos de la tercera parte de las personas sienten mucho miedo (33.2%); algo de miedo el 17.7%; mientras que las partes que declararon sentir poco miedo y ningún miedo hacia la delincuencia representan 17.5% y 31.3%, respectivamente.

El 34.6% de las personas que residen en la zona urbana señaló sentir mucho miedo y un 29.3% indicó no haber sentido ningún miedo. Asimismo, el 29.4% de las que residen en la zona rural declaró haber sentido mucho miedo y el 36.8% ningún miedo.

Por estratos geográficos, el 41.3% de las personas residentes en las grandes ciudades respondió haber sentido mucho miedo y el 27.1% ningún miedo. En el estrato conformado por la ciudad de Santo Domingo, el 24.8% declaró no sentir ningún miedo por la delincuencia y el crimen en su barrio o comunidad, y el 33.3% mucho miedo. La proporción de mujeres que declaró sentir miedo a la delincuencia fue de 40.1% en contraste con el 26.1% de los hombres.

La ONE también indagó sobre las medidas que ha tomado la gente para protegerse y el 67.8% dijo haber reforzado la seguridad de las puertas y las ventanas; un 22.3% mencionó la colocación de verjas de hierro; un 9.3% adquirió un perro y solo un 14.7% respondió no hacer nada.

El estudio de la Oficina Nacional de Estadística también establece que el 74.6% de la población considera que la delincuencia es el principal mal que aqueja la nación. El mismo estudio establece que el 14.3% de las personas de 12 años en adelante fue víctima de robo o intento de robo en su vivienda durante los cinco años y alrededor de 9.9% lo fue en los 12 meses anteriores a la encuesta.

Asimismo, once de cada 100 personas de más de doce años (11.2%) dijo haber sido víctima de atraco durante los cinco años; y alrededor de ocho de cada 100 del mismo grupo poblacional (7.6%) lo fue durante los 12 meses anteriores a la entrevista de la ONE.

¿Qué propone la Estrategia Nacional de Desarrollo contra la inseguridad?

En la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo se habla de construir un clima de seguridad ciudadana basado en el combate a las múltiples causas que originan la delincuencia, el crimen organizado y la violencia en la convivencia social, incluyendo la violencia contra la mujer, niños, niñas y adolescentes, mediante la articulación eficiente de las políticas de prevención, persecución y sanción.

Para ello, establece una serie de objetivos específicos, que buscan promover y articular mecanismos para concienciar a las familias, comunidades y organizaciones sociales sobre la importancia de la educación en valores para la convivencia social y la paz.

Asimismo, asegurar la debida coordinación y articulación entre las instituciones especializadas, organismos comunitarios y población en general, en el diseño y ejecución de las políticas de prevención, vigilancia y persecución del delito, el crimen y la violencia ciudadana, incluyendo la violencia de género y contra niños, niñas y adolescentes, con el propósito de lograr la construcción de comunidades seguras.

También priorizar el diseño y ejecución coordinada de las políticas públicas dirigidas a garantizar que la población joven permanezca en el sistema educativo, participe en las actividades sociales, culturales, deportivas y recreativas, y se capacite para la inserción en el mercado laboral, desde un enfoque de igualdad y equidad.

Fortalecer el marco institucional y normativo para el control de prácticas que inciden en el delito y la violencia, sobre todo la violencia de género y contra niños, niñas y adolescentes, tales como uso de armas, drogas y juegos de azar.

Crear los órganos, procedimientos, mecanismos y sistema de registro, que garanticen, con estricta sujeción al principio de legalidad, un proceso continuo de monitoreo y evaluación.

Es un problema que tiene causas diversas

El sociólogo Celedonio Jiménez sostuvo que la delincuencia es un problema generado por causas diversas y que por eso no hay una sola forma de enfrentarlo. Recomienda que el fenómeno debe ser abordado de manera integral por las autoridades y no únicamente desde el punto de vista represivo, sino más bien, atacando las múltiples causas que lo originan, como son la pobreza, la acentuada inequidad, la desintegración familiar y el desempleo.

67.8 refuerza
Medidas Las cifras de la ONE muestran que el 67.8% de la población ha tomado medidas para protegerse de delincuentes.

74.6%
Principal Las cifras de la ONE señalan que el 74.6% de la población percibe que la delincuencia es el principal problema.

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