Las reacciones a esta columna

Contrario a aquellos que se irritan por las críticas, considero un ejercicio divertido y relajante la lectura de comentarios en mi contra que envían algunos lectores de esta columna.

Contrario a aquellos que se irritan por las críticas, considero un ejercicio divertido y relajante la lectura de comentarios en mi contra que envían algunos lectores de esta columna. En especial las que atribuyen mis referencias al expresidente Leonel Fernández una razón personal, motivada en la envidia o el resentimiento por haberme despedido de un cargo al que renuncié a menos de un mes de su primera presidencia.

Un viejo artículo sobre uno de sus muchos y prolongados viajes presidenciales provocó hace años las más diversas reacciones. Uno de los correos llegados me mandaba a callar por ignorante y otro, igualmente generoso, me tildaba de obstinado dispuesto a criticar cuanto hiciera el entonces presidente. Para un tal Lorgo, la columna me convierte en el “resentido social número uno de la República”, envidioso incorregible y uno más del montón de “teóricos dominicanos que todo lo resuelven en los medios”, creyéndome además un “sangre azul”, a pesar de ser mulato.

Para otro, mi problema es que no me dan un “boroneo” por lo cual hablo tantas “pendejadas” sobre el expresidente. Uno bien caritativo me aconsejó dejar el periodismo y meterme a la política para que pudiera hacer también algunos viajes. Y alguien más sostuvo que el contenido de la columna es el fruto de mi “ineptitud” como comunicador, por lo cual el presidente me habría destituido, a pesar de haberme ido voluntariamente. Eso, a su juicio, ha creado en mí “un anti-leonelismo sin igual”, cargado de un odio inmenso. Otro escribió que mi artículo era muy “cursi” y recomendaba que ayudara al hoy expresidente con una crítica constructiva.

Algunos lectores se extrañan que le preste atención a esas reacciones. Yo les digo que son las naturales en un país donde las pasiones políticas no permiten ver con claridad la importancia de un ejercicio periodístico comprometido con los valores democráticos.

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