La embajadora de los Estados Unidos, Robin Bernstein, reveló ayer que el Gobierno norteamericano ha invertido este año en el país 1.6 millones de dólares para combatir la trata de personas y anunció que próximamente esa cooperación será aumentada.
Al participar en la presentación del libro “Una nueva forma de esclavitud: la trata de personas. Una guía para su derrota”, la diplomática dijo que combatir este flagelo, que involucra en un 70% a mujeres, es una de sus prioridades como embajadora.
Sostuvo que la trata es un crimen que se extiende por todo el mundo, que a su vez priva a las personas vulnerables de su dignidad humana y libertad. Igualmente, observó que este delito compromete fuertemente la seguridad nacional, distorsiona los mercados y fomenta a los criminales y terroristas transnacionales, amenaza la paz y la seguridad internacional. “Es un reto compartirlo. Juntos, estamos construyendo el camino para erradicar este crimen explotador y deshumanizante”, afirmó.
En RD el 50% son mujeres
La actividad en la que la diplomática ofreció sus consideraciones fue organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, encabezado por su titular, Miguel Vargas Maldonado, junto al movimiento cívico Participación Ciudadana, representado por el consultor internacional y autor de la guía, Fernando Astudillo.
Miguel Vargas sostuvo que las estadísticas nacionales del informe del gobierno 2018, señala que del total de víctimas de trata de personas y explotación sexual comercial identificadas por el gobierno y organizaciones de la Sociedad Civil, poco más del 50% corresponde a mujeres adultas y cerca del 25% a menores de edad. Mientras que el informe global de la Organización de las Naciones Unidas, muestra que en la trata un 49% son mujeres y un 23% de niñas, en incremento.
Administración Trump apuesta a la cooperación
La embajadora Robin Bernstein externó que la administración de Donald Trump entiende que el camino de poner fin a la trata de personas exige acción, pero también cooperación. “Ningún gobierno o individuo puede luchar por sí solo”, reflexionó. “Los gobiernos, las organizaciones religiosas, la sociedad civil y los sobrevivientes deben trabajan juntos”, subrayó.
