Con un llamado a aplicar un nuevo enfoque curricular que trascienda el aprendizaje de las asignaturas tradicionales, para enfrentar los retos de la era de las innovaciones, concluyó ayer el Congreso de Educación Aprendo 2019.

La conclusión viene de parte de más de 1,200 docentes que, junto a Educa, parten de la premisa de que existe un vínculo muy estrecho entre la innovación y la educación, refrendando en la idea de que hay que innovar más para educar mejor.

En el congreso internacional, organizado por Acción Empresarial por la Educación (Educa) y el Banco Popular Dominicano y que se desarrolló desde el pasado viernes, los profesionales destacaron que la innovación no es solo un medio educativo, sino quizá el fin principal de la educación, al señalar que hoy se educa para vivir en un tiempo en el que serán determinantes las competencias para afrontar la incertidumbre y las capacidades creativas para hallar soluciones a problemas aún no planteados.

En ese sentido, Educa ratificó el propósito de que el modelo de escuelas citado comience a funcionar, “de manera experimental”, a partir del próximo mes de enero, fundamentado en los pilares que lo sustentan, entre los cuales sobresalen el pedagógico, básico de una educación de calidad, la gestión institucional inteligente, un docente diferente al proceso tradicional, y la familia y la comunidad, institución presente en la escuela, independientemente de cómo esté formada.

Propone unificar criterios de calidad

El ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, quien participó en el evento, propuso ante la plenaria de maestros, unificar los criterios de calidad como eje articulador de las voluntades y los esfuerzos que Educa viene realizando por una educación realmente marcada por la calidad, a tal punto que la misma se constituya en una marca distintiva de la educación dominicana.

“Sugiero que como colectivo abracemos un proceso educativo común que nos permita contar con profesores cuya metodología de enseñanza esté fundamentada en el trabajo colaborativo, que posean un profundo conocimiento de lo que enseñan y que a la vez estén involucrados en programas de educación continua y desarrollo profesional tal como lo requiere y la merece nuestro país “, expuso el funcionario.

Para la doctora en educación en la Universidad de Murcia, Margarita Heinsen, el proceso de enseñanza–aprendizaje se construye en espacios de relación docente-alumno y por lo tanto, para que este proceso sea exitoso debe tender a producir satisfacción y a favorecer los aspectos emocionales de un aprendizaje significativo.

“La educación en valores es fundamental, no se educa sin valores. Es decir que de una manera u otra al educar modelamos y trasmitimos valores, y por lo general esos patrones de conducta que trasmitimos son los principios y hábitos que recibimos”, dijo.

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