La emprendedora mujer tiene una trayectoria como microempresaria y en el manejo de asuntos de cocina

Germania Castro es una persona inquieta desde que nació. Desde niña aprendió varios oficios y los ha ejercido en el desarrollo de su vida. Comenzó preparando pan de maíz, arepa y dulces hace unos años. También hacía muchas colchas y cortinas pero tuvo que dejar eso último por problemas de la vista.

Se defiende muy bien en la cocina y todo indica lleva ese don como fiel herencia de su madre, a quien las recetas a menudo le salían tal como planificaba. “Cualquier cosa que se coma en la República Dominicana soy capaz de hacerla. Nunca digo que no lo sé hacer”, asegura Germania, con un nivel de certeza que no deja espacio a dudarlo.

La emprendedora mujer tiene ya una trayectoria cuajada como microempresaria y -como valor agregado- ha realizado cursos de cocina, perfeccionando sus conocimientos y la práctica.

Germania reside en Pimentel, provincia Duarte, tiene un hijo de 38 años y cinco nietos. El amor que ha desarrollado por el trabajo la lleva a estar en constante movimiento, siempre activa.

La conversación –usando como enlace o intermediario a un teléfono- se ha tornado más interesante de lo que inicialmente se pretendía. Se da a media mañana, justo en el momento en que los calderos que usa la dama para cocer el alimento están ardiendo.

Narra que comenzó a hacer pan de maíz para venderlo a los compañeros de su anterior trabajo. Al subir la demanda, notó que ganaba más que el salario recibido donde laboraba. “Yo veía la necesidad de las mujeres que trabajaban allá para poder desayunarse, y fue ahí cuando les dije: mujeres, mañana les traigo. Al otro día preparé cuatro panes de maíz para venderlos a RD$100, y se vendieron de una vez”, rememora.

Cuando Germania dejó el empleo que tenía en Santo Domingo, luego de 24 años, decidió marcharse a Pimentel y montar el prometedor negocio en su casa. Y ahí está cada día, batallando con él para mantenerlo por buen camino. No se arrepiente de la decisión que asumió en su momento. “Fue buen paso”, reconoce.
“Fue un paso importante que di en mi vida. Este pequeño negocio me sirve de mucho y me siento independiente y produciendo por mi propia cuenta”, indica.

Produce diariamente de 11 a 15 panes de maíz para su clientela, además lleva sus productos en rutas por la comunidad y “los viajeros” le hacen pedidos para llevar a otros países. “Mis panes han sido saboreados por personas fuera del territorio nacional”, expresa.

Germania compra todos sus materiales y materia prima en la Asociación de Detallistas porque le salen más económicos”. “Hay que tener rejuego y buscar siempre la forma de que el dinero te rinda más”, plantea, con la sabiduría de una mujer que ha estado en una lucha constante hacia la superación.

“Al maíz con el que trabajo trato de darle el mejor sabor y textura. Le echo más leche. Cuando están listos, suelo darle a probar a mis clientes. Eso me ayuda a estar acorde con lo que quieren los clientes, los consumidores”, agrega. Cuidar la imagen es siempre importante, sin importar la actividad de la que se trate, y Germania lo sabe perfectamente. “Es vital que cada cosa esté en su lugar y en su punto correcto, porque con eso me gano la confianza de la gente y la confianza en el producto que distribuyo y que quiero seguir vendiendo”, sostiene.

En plática

Si buena es Germania elaborando el pan de maíz, lo es mucho más para dialogar. Del resultado de las ventas paga sus préstamos, sus medicamentos y cubre todas sus necesidades. Tiene un hermano con una condición mental a quien ella cuida y mantiene. “Yo le compro lo que él necesita porque no puede trabajar”, indica.

Gracias al microcrédito, está remodelando su casa, le puso verja, arregló el baño y cambió las puertas. Fue un préstamo que obtuvo por vía de la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD).

Germania, quien es muy querida en su comunidad, tiene planes futuros para poner a otras personas a vender su mercancía, ya que mandó a hacer un horno nuevo y más grande para empezar a suplir a colmados con su propia marca.

Las micro, pequeñas y medianas empresas –como la que tiene Germania- constituyen un soporte importante de la economía dominicana; representan una de las principales fuentes de generación de empleos del país y aportan un significativo porcentaje al crecimiento anual del Producto Interno Bruto.

La entidad responsable del diseño, coordinación, ejecución y supervisión de las políticas de fomento a las pequeñas y medianas empresas en el país es el Viceministerio de Fomento a la Pequeña y Mediana Empresa, dependencia del Ministerio de Industria y Comercio.

Ese viceministerio tiene bajo su responsabilidad la Dirección de Pymes, a través de la cual implementa los programas y servicios de desarrollo empresarial en materia de gerencia, elaboración de planes de negocios, innovación, calidad, asociatividad, transformación tecnológica, formalización de empresas, inteligencia de negocios, capacidad de exportación, encadenamientos productivos, enlaces sectoriales, mejora de la productividad, emprendimientos y otros.

Germania Castro fue nominada a los premios Citi, del Banco Citi, en 2017.

Es también una de las microempresarias que han estado bajo la sombrilla de apoyo de la FDD, al concederle un pequeño préstamo para que avanzara.

La institución tiene 53 años de historia, un tiempo en el que se ha puesto de manifiesto el compromiso del empresariado dominicano; llega a 20,000 clientes de microcrédito. La fundación maneja casi 400 millones de pesos en cartera anual y en toda su trayectoria ha beneficiado a un millón de dominicanos. Cuando se le pregunta a la emprendedora sobre qué pueden hacer las personas que tienen una idea sobre un proyecto, pero carecen de dinero, su respuesta es que eso no debe ser un obstáculo. A Germania se le puede contactar por los teléfonos (809) 804-8683 y (829) 344-4909.

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