Washington, DC. La principal agencia de Inteligencia de EE.UU. descartó ayer que el coronavirus SARS-CoV-2 sea una creación de los seres humanos o que haya sido genéticamente modificado, en un intento de aplacar los rumores de que se haya originado en un laboratorio.

Así lo señaló la oficina del director de la Inteligencia Nacional estadounidense, Richard Grenell, en un comunicado; una acción poco habitual de esta agencia federal que no suele hacer comunicaciones de este tipo al público.

“Toda la comunidad de Inteligencia ha estado proporcionando de forma consistente un apoyo crucial a los políticos de EE.UU. y a aquellos que están respondiendo al virus de la COVID-19, que se originó en China. La comunidad de Inteligencia también coincide con el amplio consenso científico de que el virus de la COVID-19 no es ni artificial ni genéticamente modificado”, dice la nota.

La agencia federal agregó que “la comunidad de Inteligencia continuará examinando rigurosamente la información y los datos que emerjan para determinar si el brote (de coronavirus) comenzó a través del contacto con animales infectados o si fue resultado de un accidente en un laboratorio en Wuhan”, la ciudad china donde se originó la pandemia.

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