Santo Domingo.- La temporada de huracanes 2025 es considerada como una de las más intensas de los últimos años. Con temperaturas récord en el Atlántico y condiciones favorables para la formación de ciclones.

Los expertos advierten sobre la importancia de prepararse ante la formación de al menos 4 huracanes de gran intensidad (categoría 3 o superior) que podrían impactar la región en los próximos meses.

De acuerdo con datos del Centro de Predicción Climática de la NOAA, hay un 60 % de probabilidad de una temporada por encima del promedio, mientras que la Universidad Estatal de Colorado (CSU) prevé la formación de 17 tormentas nombradas, 9 huracanes y 4 huracanes mayores. Estas cifras superan el promedio histórico y reflejan una tendencia al alza que ya se hizo evidente en 2024.

“La actual temporada está marcada por un incremento en la temperatura en la corriente del Atlántico tropical, sumado a cambios en la velocidad y dirección del viento, así como por la presencia de aire húmedo en la atmósfera. Si esta tendencia continúa, 2025 podría ser tan destructivo como 2020 o incluso superar las pérdidas de 2024, que rondaron los US$50 mil millones en daños asegurados”, advirtió César Rodríguez, vicepresidente Senior de Consultoría en Marsh en RD.

El riesgo empresarial: más allá del viento y la lluvia

Los efectos de una temporada activa no se limitan a la afectación o destrucción de la infraestructura. Las interrupciones logísticas, caídas de la comunicación y las fallas en las cadenas de suministro pueden paralizar operaciones completas, especialmente en sectores como energía, turismo, manufactura y comercio exterior; aunado a la posibilidad de fatalidades, impacto en sectores vulnerables de la población como adultos mayores e infantes, así como colapsos en los sistemas de salud, entre otros.

Por ejemplo, en 2024, más del 60 % de las interrupciones comerciales en México y Centroamérica relacionadas con fenómenos naturales fueron causadas por tormentas, con base en datos de Marsh. “La mayoría de las empresas afectadas el año pasado no contaban con planes de continuidad del negocio, ni planes de crisis o incluso planes de atención frente a la variabilidad y cambio climático vigentes. Hoy, la improvisación ya no es una opción, el camino es la anticipación y prevención”, enfatizó Rodríguez

¿Qué pueden hacer las empresas para prevenir y garantizar su continuidad?

Marsh, líder mundial en consultoría de riesgos y corretaje de seguros, recomienda 5 medidas clave para afrontar esta temporada:

  1. Evaluar exposición geográfica: Analizar la viabilidad de instalar o mantener instalaciones operativas, así como con proveedores clave en zonas vulnerables.
  2. Revisar planes de continuidad del negocio: Asegúrate de que incluyen comunicación, evacuación, respaldo de datos y tiempos de recuperación.
  3. Incluir toda la cadena de suministro en el análisis de riesgo, no solo a proveedores directos que permitan la continuidad de las operaciones.
  4. Adoptar soluciones como los seguros paramétricos, pólizas que pagan automáticamente una indemnización predefinida al cumplirse ciertos parámetros o condiciones específicas, como eventos climáticos extremos, sin necesidad de un ajuste de pérdidas, por ejemplo, tras eventos naturales como huracanes, lluvias fuertes, etc. Sin necesidad de peritaje ni disputas por montos. y con la flexibilidad para cubrir interrupciones, gastos adicionales, etc.

Aprovechar tecnología avanzada como la inteligencia artificial para anticipar disrupciones.

Innovación para anticiparse al caos

El uso de la tecnología y el análisis de datos predictivos son una realidad que se favorece al implementar planes preventivos y reactivos ante una amplia gama de eventualidades de tipo natural. En este sentido, Marsh acerca a las empresas y a los tomadores de decisiones con Sentrisk, una solución que permite mapear vulnerabilidades a nivel de proveedor, planta o componente usando IA y monitoreo satelital e identificar riesgos naturales, geopolíticos, climáticos y de sostenibilidad en tiempo real para tomar decisiones estratégicas antes de que ocurra un desastre.

Países como México, Colombia, República Dominicana, Puerto Rico y Panamá tienen zonas de alto riesgo en el Caribe, el Golfo de México y el Pacífico. Las rutas comerciales clave y los puertos están cada vez más expuestos a tormentas de alta intensidad, por lo que implementar estrategias preventivas que favorezcan la continuidad del negocio se convierte en la principal oportunidad para que los sectores público y privado puedan enfrentar y proteger el desarrollo económico en las zonas más vulnerables.

“La región ya no puede permitirse una preparación limitada. Lo que está en juego no solo son activos físicos, sino la comunidad, las ciudades, la continuidad de los negocios, empleos y economías locales. Empresas de todos los sectores deben ver la temporada 2025 no como una probabilidad, sino como parte de la crisis climática en la que estamos.El momento de actuar es ahora.” Concluyó Rodríguez

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