La profundidad de los conjuntos será puesta a prueba en la justa otoño-invernal que iniciará mañana con tres encuentros

Es un reto al que se enfrentarán desde mañana los seis equipos en el campeonato otoño-invernal de béisbol profesional. El calendario presenta un total de 30 partidos en 36 días desde el 15 de este mes hasta el 20 de diciembre, la fecha en que debe concluir la serie regular.

Son apenas seis fechas libres sin tomar en cuenta las situaciones que se podrían presentar por causas de la naturaleza. De hecho, el arranque del torneo está precedido de mucha lluvia, tan fuerte como en cualquier otro período reciente.

Hay una palabra para sobrevivir a la intensa faena que se avecina: profundidad. Las escuadras locales deben estar conscientes de que nada sobra, especialmente el picheo.

Las respectivas gerencias han trabajado bastante, conscientes de la batalla que se avecina. Los Toros del Este, actuales campeones nacionales y del Caribe, presentan una tropa envidiable. Su picheo, con Domingo Germán, Raúl Valdés y Paolo Espino, entre otros, más la ofensiva que encabeza el Jugador Más Valioso de la pasada contienda, Peter O´Brien, inducen a ponerles la etiqueta de equipo a vencer.

Las Águilas Cibaeñas tienen otro trabuco. No para menos el dirigente Félix Fermín dijo que era el mejor equipo que ha tenido en años. Víctor Robles, Juan Lagares y Melky Cabrera estarán en los bosques, mientras Ronny Rodríguez y Rangel Ravelo estarán en el cuadro junto a otros estelares. La banca amarilla es buena y su picheo está formado por jóvenes y veteranos.

Licey posee un picheo de nivel. Ervin Santana y César Valdez se suman a brazos potentes como los novatos Luis Gil y Albert Abreu y veteranos como Alfredo Simón, Hansel Abreu y Jairo Asencio. La ofensiva azul, compuesta mayormente por talento criollo, tendrá la misión de producir al nivel esperado.

Las Estrellas, el equipo de Eric Filia, Sócrates Brito y Domingo Leyba, entre otros, y los Leones, llenos de un talento joven fuera de serie con Wander Franco y Julio Rodríguez a la cabeza, no deben ser tomados a la ligera.

Los Gigantes vienen con su artillería pesada, Juan Francisco, Carlos Peguero, y hombres como José Sirí y el talento de Kansas, Seuly Matías, entre otros, le conceden al dirigente Luis Urueta un arsenal capaz de castigar sin piedad.

Ningún equipo puede darse el lujo de un mal comienzo. No hay tanto margen para recuperarse como en estaciones anteriores. Se necesita sapiencia para el manejo del personal porque se presentarán situaciones de difícil manejo.

Cada juego cuenta. Quien se duerma pagará por ello.

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