Al momento de prevenir partos prematuros, lo primero es determinar y controlar los factores de riesgo
Los niños que nacen antes de la semana 37 de gestación son considerados prematuros. En el mundo, 15 millones de bebés nacen prematuros cada año y particularmente en América Latina, sólo en 2020, se estima que nacieron casi 2.400 bebés prematuros por día.
El nacimiento prematuro es la principal causa de muerte de niños menores de cinco años, y las enfermedades neonatales siguen ocupando el primer lugar (entre todas las enfermedades y en todas las edades) en la carga mundial de morbilidad. Las tasas de nacimientos prematuros apenas han cambiado durante la última década y en algunos lugares incluso están aumentando. Para avanzar en la salud materna y neonatal, una de las principales prioridades debe ser abordar esta problemática; por eso, Peter Daffoe, especialista en salud materna, neonatal e infantil de Unicef para América Latina y el Caribe, destaca algunas consideraciones a tener en cuenta:
Lo primero es la prevención
Al momento de prevenir partos prematuros lo primero a tener en cuenta es saber determinar y controlar los factores de riesgo, como las infecciones, a lo largo del embarazo. La mejor prevención es mantener un constante control y chequeos médicos para detectar cualquier anomalía de forma temprana.
Es recomendable programar y acudir a un mínimo de ocho citas con profesionales de la salud a lo largo del embarazo. Además, este cuidado debe estar acompañado de una correcta alimentación.
Cuidados
En el caso de que ocurra un parto prematuro o exista el riesgo de dar a luz antes de la fecha estimada de parto, existen tratamientos para ayudar a proteger al recién nacido prematuro de futuros trastornos, así como de dificultades respiratorias e infecciones. Una correcta atención de los recién nacidos prematuros puede llegar a salvar a 900 mil bebés.
Uno de los métodos más conocidos es el Método Mamá Canguro (MMC), una intervención eficaz y fácil de implementar para reducir la mortalidad en bebés prematuros o de bajo peso al nacer. Este consiste en asegurar el contacto piel con piel entre el bebé y su madre, de manera continua por lo menos 20 horas, o de forma intermitente; es decir, la mayor cantidad de horas posibles. Este método ayuda al bebé a regular su respiración y el calor de su cuerpo, y además favorece la lactancia materna y fomenta el vínculo con su madre.