Observa bien aquello que camufla todo lo que está lleno de nada! Un vacío no se llena con lo que no se quiere…
Es sano entender que cuando admites en tu corazón algo que en verdad deseas, ese sentimiento comienza a vivir contigo, por lo mismo, discernir y ser selectivos es imperativo!
Todo lo que Dios ha permitido que salga de tu vida no es más que el espacio que está haciendo para ensancharte y prepararte para entregarte su promesa, por ello aceptar su consejo lo vale todo. Justo cuando dejes de temerle a tus vacíos es cuando no sentirás el impulso de llenarlos con cualquier cosa ¡Cuidado con creer que tu felicidad depende de algo que puedes perder, porque el peligro de un alma vacía de Dios es que puede llenarse con cualquier cosa!