Ha sido una conexión económica sólida, a menudo muy informal, que ha caminado por años, pese a los desafíos

Independientemente de que desde República Dominicana se exporten productos diversos, los agropecuarios son en gran medida los que llevan el vínculo más notorio con el mercado haitiano.

En términos puntuales, aunque en suelo dominicano se producen otros rubros y bienes que se envían hacia el otro lado de la frontera, parte de lo esencial es la agropecuaria para llevar a Haití.

Esta conexión económica ha perdurado por años, a pesar de los desafíos políticos y económicos que ambos países han enfrentado y que enfrentan actualmente por el cierre de la frontera.

La historia que ha vinculado el pueblo haitiano con el dominicano tiene un fuerte nexo, por ejemplo, con la caña de azúcar. Durante décadas, este país contrató a trabajadores haitianos, comúnmente conocidos como “braseros haitianos,” para corte y labranza de la caña.

Esa práctica no solo fue un importante motor económico para ambas naciones, sino que también creó una interdependencia laboral que trascendió las fronteras. La caña de azúcar se convirtió en un elemento que unía a ambas naciones a través del trabajo y la producción compartida. A lo largo de los años, este vínculo ha evolucionado, y hoy en día, aunque las dinámicas han cambiado, la agropecuaria sigue como un componente crucial en la relación bilateral, aunque esa relación esté “pausada”.

Los últimos años han presentado desafíos significativos. La complicada situación política, social y económica de Haití desde la muerte del presidente Jovenel Moise en 2021 ha pesado mucho.

El crecimiento de estas exportaciones en 2022 fue menor de lo esperado, y si se pensó que esa tendencia a la baja continuaría en 2023, ha sido así. Hace más de un mes el Gobierno dominicano cerró la frontera, y lo hizo con sobrada razón -ha dicho- a raíz del conflicto por la construcción de un canal del lado haitiano, que involucra el río Masacre, que nace en suelo quisqueyano. Las autoridades dominicanas no se oponen -per se- a la construcción del canal, sino al hecho de que se haga sin que previamente las partes discutan el tema, como se estila cuando dos naciones comparten un río. Es el caso.

En el 2022, la República Dominicana exportó US$1,040.1 millones a Haití. Esas exportaciones, a diferencia de la tendencia generalmente observada en las exportaciones dominicanas, fueron lideradas por el sector nacional en comparación con las exportaciones de zonas francas, indican datos de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo).

En 2022, el sector nacional dominicano exportó US$625.3 millones a Haití, un incremento de 16.4% en comparación con 2021. Las exportaciones del sector nacional las encabezó la industria no textilera, que comprende el 53.4% del total.

Por otro lado, las zonas francas exportaron US$3,329,022, con un aumento del 2.3% en relación con el 2021.

El pasado año, los productos más enviados a Haití fueron mayormente del sector industrial, en particular textiles, como tejidos de algodón y camisetas. Además, productos de plástico, como artículos para transporte o envasado, y productos de construcción, como cemento y varillas de acero, son elementos esenciales en el flujo comercial. Pero no se puede perder de vista los envíos de comestibles, como harina de trigo, arroz, vegetales diversos, aceite de soya, carne de pollo y de otro tipo y huevos; productos de panadería, pastelería y galletería.

Si se ve el rubro “alimentos” por el lado numérico, posiblemente se concluya que ejerce menor peso, respecto a los demás productos y materiales exportados, pero su importancia debe mirarse, además, desde el punto de vista precisamente alimenticio. En 2022, la exportación de harina de trigo -dicen las cifras de Adoexpo- totalizó los 57.6 millones de dólares, y lo enviado en aceite de soya equivalió a 52.6 millones de dólares. Los productos de panadería, pastelería o galletería representaron una exportación de 36.9 millones de dólares. Además de éstos, se exporta arenque, azúcar, jugos y víveres, entre muchos otros.

Vedas que el tiempo quita, no Haití

La avicultura ha desempeñado un papel crucial en la relación comercial. En 2008, Haití decidió cerrar las importaciones avícolas dominicanas debido a la aparición de la Influenza Aviar de baja patogenicidad, en varias trabas de gallos en la comunidad La Otra Banda, provincia La Altagracia. Esa zona no tiene tradición de producción avícola comercial y tampoco se trató de una cuestión que pusiera en peligro la salud humana. De todos modos Haití estableció la veda, y formalmente nunca la quitó. No sorprendió a nadie que ese país actuara así.

En ese momento, Haití importaba cerca del 25% de la producción dominicana de pollos, que alcanzaba los 15.5 millones de libras mensuales. Haití también importaba el 20% de los 150 millones de unidades de huevo producidas por los granjeros dominicanos.

Dado el comercio informal que caracteriza las transacciones haitianas, si bien se sabe que República Dominicana produce actualmente mucho más pollos (en enero de 2023 hubo un récord, con 19.6 millones de unidades, equivalente a 43,000 toneladas de carne mensual), las cifras exactas de estas exportaciones siguen siendo aproximadas y difusas.

En septiembre de 2023, la Asociación Dominicana de Avicultura (ADA) calculó que el cierre fronterizo ha llevado a que los avicultores locales dejen de comercializar alrededor de 30 millones de huevos mensuales y una cantidad significativa de partes de pollos.

El intercambio comercial entre República Dominicana y Haití se estima en US$1,200 millones al año, equivalente a 100 millones de dólares al mes, según datos que aporta la Dirección General de Aduanas (DGA).

Posibilidades de un TLC se alejaron mucho más

Con el paso de los años, las opiniones sobre la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la República Dominicana y su país vecino han sido bien recibidas por sectores empresariales, del gobierno, economistas y productores avícolas locales. Se cree que un TLC contribuiría a formalizar el comercio binacional; pero si complicado se hizo ese tema en el pasado, esta vez lo es mucho más en el contexto actual.

Debido a la desproporción en la balanza comercial y la dependencia de Haití de las recaudaciones aduanales, la probabilidad de que ese Estado se involucre en un acuerdo del tipo descrito sigue siendo incierta.

En retrospectiva, entre 2010 y 2017, el intercambio comercial (exportaciones e importaciones) entre República Dominicana y Haití alcanzó los US$7,758.5 millones (estadísticas de Prodominicana. De esta cifra, US$7,600.2 millones correspondieron a exportaciones realizadas por la República Dominicana hacia Haití, mientras que las importaciones desde Haití apenas alcanzaron los US$158.4 millones.

Posted in Dinero

Más de panorama

Más leídas de panorama

Las Más leídas