Con el apoyo de Supérate y de su proyecto Mujeres SuperEmprendedoras, la joven trabajadora de 21 años ha transformado su pasión en un negocio

Adriany Guzmán es una joven acostumbrada a trabajar, pero también a reinventarse. Oriunda de Puerto Plata, ha sabido combinar la delicadeza de las manualidades con voluntad y fuerza de quien no se deja vencer por las dudas.

Es la propietaria de D’Adrianis Personalizados, un negocio virtual que ofrece artículos únicos, entre ellos cuadros y llaveros, hasta desayunos especiales, termos y servicios de “catering”.

Se le considera una emprendedora de prueba superada, porque ha logrado convertir sus habilidades en una propuesta de valor y su esfuerzo en un motor de crecimiento personal. El trayecto de Adriany comenzó entre libros y jornadas laborales, ya que mientras cursaba la carrera de Educación Primaria en el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (Isfodosu), trabajaba los fines de semana en una tienda de regalos. Ese ritmo intenso no le impedía soñar con un proyecto propio, pero la confianza en sí misma no llegaba de inmediato.

Fue durante una conversación con su abuela sobre un curso de decoración navideña, vinculado al proyecto Mujeres SuperEmprendedoras del programa Supérate, cuando surgió la chispa que transformó sus planes.

“Confieso que tenía miedo de emprender, por mis inseguridades y dudas sobre si tenía el perfil adecuado. Me animé solo para aprender algo nuevo, pero lo que descubrí fue mucho más profundo”, rememora Adriany, mientras conversa.

La pasión por las manualidades es algo que siempre la ha acompañado. No lo esconde. Quienes la conocen reconocen su creatividad y capacidad para convertir ideas simples en detalles memorables. Es una habilidad innata, que se ha unido al respaldo de su familia y a la formación que recibió en el proyecto SuperEmprendedoras, que es una suerte de sombrilla para quienes muchas veces tienen ideas, pero les falta “la plata”, para transformarlas en proyectos y una asesoría que les marque la línea recta del camino.

Es justamente en esa parte en la que entra Supérate, que impulsa el empleo formal y guía a las personas a que trillen su propia trayectoria. Así nació D’Adrianis Personalizados, un emprendimiento que refleja su ingenio y su compromiso con ofrecer productos que marcan la diferencia.

De edad chica

El negocio es joven, surgió hace apenas diez meses, como un experimento. Para el Día de las Madres y con apoyo de su familia, Adriany creó un primer lote de regalos que rápidamente encontró acogida. Y dueños (gente que compró). Desde entonces, la joven emprendedora ha adquirido maquinaria propia y ha ampliado su catálogo, que ahora se presenta de forma atractiva y accesible a través de redes sociales como Instagram y TikTok. Sus clientes llegan principalmente por estas plataformas, en las que ella misma publica fotos, videos y actualizaciones sobre sus creaciones, lo que genera cercanía y confianza con cada publicación.

“Aprendí a tratar a los clientes con respeto, a organizar el negocio y, sobre todo, a confiar en mí y en mi capacidad. El proyecto cambió mi mentalidad y me dio el valor para emprender. Hoy me visualizo con un local físico, y estoy trabajando para lograrlo”, asegura. La historia de Adriany también es la historia de una joven que se adaptó a las circunstancias sin perder su esencia. Sus padres se separaron cuando tenía apenas tres o cuatro años, pero ella recuerda ese periodo con naturalidad y sin resentimientos.

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