Un estudio del Infotep advierte sobre precariedad laboral, el éxodo juvenil y la debilidad en las sinergias productivas

República Dominicana camina hacia la diversificación del turismo, con un enfoque en el desarrollo del turismo rural comunitario como una estrategia clave para impulsar economías locales, generar empleos decentes y responder a las nuevas demandas del mercado global.

Esta es una de las principales conclusiones del Estudio Prospectivo de Competencias Técnicas en Turismo Rural Comunitario, presentado por el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep), con el respaldo de expertos nacionales e internacionales.

El documento parte de un dato global: la proyección de la población mundial para el año 2050 superará los 9,700 millones de personas, con 779 millones en América Latina, lo que podría traducirse en un aumento significativo del flujo turístico. Este contexto presenta una oportunidad para posicionar el turismo rural como una opción cada vez más demandada por quienes buscan experiencias sostenibles, personalizadas y conectadas con la naturaleza, más allá del muy conocido “sol y playa”, que le ha dado muy buenos dividendos por décadas a la República Dominicana y en la que por mucho tiempo se conoció como “industria sin chimenea”, aunque sí la tiene, a través de los sectores que alimentan y forman parte del ramo.

La República Dominicana ya es líder regional en turismo convencional, con más de 11 millones de visitantes (exactamente 11,192,047 en el año 2024), y una generación de divisas de unos US$10,974.4 millones, equivalente a un crecimiento interanual de 12.6 % (Datos del Banco Central de República Dominicana)

Como sector, el turismo ha duplicado su participación en el producto interno bruto –PIB- en la última década. Sin embargo, el estudio advierte que este éxito debe ampliarse hacia el ámbito rural, donde hay retos estructurales, como el éxodo juvenil en busca de mejores oportunidades profesionales. Esta situación genera un envejecimiento poblacional que limita la renovación del capital humano y la innovación en los entornos rurales.

Uno de los ejes críticos que plantea el estudio es la necesidad de mejorar la calidad del empleo en el turismo rural, caracterizado actualmente por condiciones precarias: baja protección social, salarios insuficientes y tareas riesgosas o de poco prestigio. Esta precariedad desincentiva a los jóvenes y obstaculiza el aprovechamiento de su talento. Frente a esto, Infotep propone programas de formación técnica que promuevan empleos decentes y, por ende, un mayor dinamismo económico. El documento resalta que la modernización del turismo rural y su transformación en un motor de desarrollo exige inversión en educación, formación continua e innovación tecnológica.

Se señalan actividades como el ecoturismo, el agroturismo, la venta de productos autóctonos, la promoción de paisajes no contaminados, y diversas actividades recreativas como oportunidades rentables incluso para pequeñas empresas. No obstante, el aprovechamiento de estas oportunidades depende del fortalecimiento de capacidades locales.

Infotep propone una política de formación alineada con los nuevos retos de la demanda turística global, que busca experiencias diversificadas, integradas, innovadoras, de alta calidad y sostenibles. Así “las cosas”, el ecoturismo, el turismo de aventura, el gastronómico y el agroturismo presentan sinergias importantes con sectores como la pesca artesanal, la conservación forestal, la cocina tradicional y la generación de energía. Sin embargo, en el país, salvo el agroturismo, estas sinergias aún están en fase potencial y requieren un impulso decidido, plantea la investigación.

El estudio cita como experiencias concretas de turismo comunitario en el país las iniciativas de Jamao al Norte (provincia Espaillat), la ruta del cacao, los rápidos de Jarabacoa, las excursiones al Pico Duarte, Bahía de las Águilas (parte sur del país) y el Parque Nacional Los Haitises. Aunque relevantes, estas experiencias son insuficientes en términos de cobertura nacional, por lo que se hace urgente fomentar sinergias productivas en todo el territorio.

También se destaca la importancia de los emprendimientos familiares, muchos liderados por mujeres, vinculados al agroturismo y la cocina, pero también a actividades como la pesca, la alfarería, la recolección de productos del bosque o la artesanía. Estas formas de producción representan segmentos clave para programas de capacitación centrados en sostenibilidad, manejo de alimentos, energías limpias y conservación ambiental.

El agroturismo aparece como una actividad rentable y en expansión, con presencia en la mayoría de los destinos turísticos del país. Se posiciona como uno de los principales focos de interés en los programas formativos por su capacidad de atraer turistas con intereses especiales y diversificar la oferta.

En respuesta a estos desafíos el Infotep ha diseñado e implementado una oferta formativa que contempla ocupaciones profesionales muy demandadas como bar y restaurante, arte culinario, recepción hotelera, panadería y repostería, animación turística, guía de ecoturismo, entre otras. Se han impartido cerca de 8,000 acciones formativas para fortalecer el capital humano del sector.

Las empresas del subsector turístico no sólo demandan capacitación en las actividades troncales del negocio, sino también en áreas de gestión como ventas, recursos humanos y seguridad. Estas capacitaciones, en su mayoría de corta duración, son preferidas por adaptarse mejor a las necesidades de operatividad de las empresas, e incluyen todos los niveles jerárquicos, desde operativos hasta directivos.

Consciente de la creciente demanda de personal calificado en el ámbito rural, el Infotep ha emprendido un plan de ampliación de su infraestructura formativa. En la región Este, destaca, por ejemplo, la Escuela de Hotelería, Gastronomía y Pastelería en Higüey, el Centro de Capacitación Hermanas Mirabal en Salcedo, aulas móviles en Valverde y la remodelación de los hoteles Guarocuya en Barahona y Nueva Suiza en Sabana de la Mar como espacios de formación.

La capacitación está bien diseminada por las zonas

En lo que respecta al Infotep, a nivel regional, cada comunidad con actividad turística rural tiene programas de capacitación adaptados a las necesidades de su entorno. En la región Este, por ejemplo, además de Higüey, operan unidades móviles que imparten formación en gastronomía, mantenimiento eléctrico, plomería, refrigeración y aire acondicionado, con servicios de certificación por competencias y asesoría empresarial.

En la región Norte, vía un convenio con la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, se ha establecido un centro de capacitación en la Escuela Hotelera Montemar, en Puerto Plata.

La visión…
El documento resalta la importancia de articular el impulso al turismo rural con los planes de ordenamiento territorial de RD.

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