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La acción de un atacante suicida que detonó un chaleco explosivo durante la misa del domingo 22 de junio en una iglesia ortodoxa en el antiguo barrio cristiano de Damasco deja hasta el momento un saldo de 22 muertos y 63 heridos la noche del domingo.
El ataque fue el primer atentado suicida registrado en Siria desde la caída del expresidente Bashar al-Assad en diciembre, hecho que derivó en el establecimiento de un Gobierno liderado por antiguos elementos islamistas. Se trató también de la primera gran operación del EI en territorio sirio desde ese cambio de poder.
Según el Ministerio del Interior de Siria, un individuo vinculado con el EI ingresó a la iglesia durante las oraciones, abrió fuego contra los presentes y detonó un chaleco explosivo dentro del recinto. Testigos afirmaron que otro atacante armado, que no se inmoló, también disparó contra los cerca de 150 feligreses reunidos.
“Las personas estaban rezando bajo los ojos de Dios”, declaró Fadi Ghattas, quien aseguró haber visto al menos 20 cuerpos sin vida. “Había 350 personas orando en la iglesia”, añadió.
Estado Islámico vuelve al ataque en Siria
Este atentado ocurre tras varios meses de baja actividad del EI, que ha intentado reorganizarse en medio del vacío de poder que dejó la salida del régimen anterior. Autoridades sirias aseguran que los militantes lograron apropiarse de armas y municiones abandonadas por las tropas de Assad al huir.
El Gobierno interino —conformado por antiguos líderes del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS)— ha llevado a cabo operativos antiterroristas contra el EI desde su ascenso al poder. Incluso durante su etapa como grupo rebelde, HTS se enfrentó abiertamente al EI, al considerarlo una fuente de radicalización y desestabilización.
El EI ha intensificado su propaganda digital atacando la supuesta moderación del actual presidente sirio, Ahmed al-Sharaa, especialmente tras su encuentro en mayo con el presidente de EU, Donald Trump, en Riad. En redes, el grupo yihadista calificó el encuentro como una “traición a sus raíces”.
Pese al escenario, las autoridades sirias han insistido en que las minorías religiosas serán protegidas. Generalmente, la seguridad en el barrio cristiano de Damasco incluye puestos de control en cada acceso, donde se inspeccionan los vehículos.
“El acto cobarde contradice los valores de ciudadanía que nos unen a todos”, declaró el ministro de Información, Hamza al-Mustafa. “Los sirios enfatizamos la importancia de la unidad nacional y la paz civil”.