¿Cómo se elige un nuevo papa? el ritual secreto del cónclave

Tras la muerte del papa Francisco, la Iglesia católica entra en uno de sus momentos más solemnes: el cónclave. Descubre cómo se elige un nuevo papa, entre tradición, secreto y fe.

En medio de la conmoción global por la muerte del papa Francisco, surge una pregunta crucial: ¿cómo se elige un nuevo papa? La Iglesia católica, con más de 1.300 millones de fieles, se prepara para iniciar uno de sus rituales más emblemáticos y reservados: el cónclave.

Lejos de las cámaras, en la mística Capilla Sixtina, los cardenales del mundo se reúnen para designar al nuevo sucesor de San Pedro.

El origen del cónclave

El proceso de cómo se elige un nuevo papa está profundamente enraizado en la historia de la Iglesia. El término “cónclave” proviene del latín cum clavis (“con llave”), haciendo referencia al aislamiento total al que se someten los cardenales electores.

Esta tradición nació en el siglo XIII, cuando el papa Gregorio X instauró un sistema de votación secreta para evitar presiones externas y asegurar una elección justa.

Desde entonces, el cónclave ha evolucionado, pero su esencia permanece intacta: encierro, oración y deliberación bajo estrictas normas canónicas.

Solo los cardenales menores de 80 años tienen derecho a voto. Estos líderes eclesiásticos, seleccionados por su trayectoria y compromiso, conforman el cuerpo que decidirá cómo se elige un nuevo papa. Reunidos en la Capilla Sixtina, juran confidencialidad absoluta y se aíslan del mundo exterior hasta que logren consenso.

Además de ser electores, los cardenales son también papables. Aunque cualquier varón bautizado podría, en teoría, ser elegido, la tradición y la práctica han mantenido la elección dentro del Colegio Cardenalicio.

La votación

El método de votación es sencillo en apariencia, pero cargado de simbolismo. Cada cardenal escribe el nombre de su candidato en una papeleta.

Si ningún nombre obtiene los dos tercios necesarios, se repite la votación hasta lograr un resultado. A lo largo del día pueden celebrarse hasta cuatro rondas.

Este mecanismo, central para comprender cómo se elige un nuevo papa, garantiza que la decisión se tome sin presiones políticas, mediáticas ni externas.

Cada votación concluye con la quema de las papeletas. Si el humo que sale de la chimenea es negro, no hay papa. Si es blanco, el mundo sabe que ha comenzado un nuevo pontificado.

La fumata blanca se ha convertido en el símbolo universal de la elección papal. Es la respuesta visible a la gran pregunta: ¿cómo se elige un nuevo papa?

“Habemus Papam”

Una vez elegido, el nuevo pontífice acepta el cargo y elige su nombre papal. Poco después, el cardenal protodiácono pronuncia la frase “Habemus Papam” desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, y el nuevo papa saluda al mundo.

Este momento no solo marca el fin del cónclave, sino el inicio de un nuevo liderazgo espiritual y geopolítico.

Luego del anuncio, el nuevo papa asume oficialmente como obispo de Roma y líder de la Iglesia universal. Visita la Basílica de San Juan de Letrán, recibe a autoridades eclesiásticas y diplomáticas, y comienza a delinear su agenda pastoral.

Entender cómo se elige un nuevo papa también implica conocer las implicaciones de esa elección: guiar la fe católica, afrontar desafíos internos y representar a la Iglesia en el escenario global.

Más allá de lo religioso, la elección de un nuevo papa tiene repercusiones sociales, culturales y políticas. Desde la lucha contra la pobreza y el cambio climático, hasta el diálogo interreligioso y la defensa de los derechos humanos, el papa influye en debates de alcance global.

Por eso, el proceso de cómo se elige un nuevo papa no solo interesa a los católicos. Es un evento que capta la atención de creyentes, curiosos, líderes mundiales y medios de comunicación en todo el planeta.

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