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Washington. – Las críticas que ha recibido Donald Trump por su intención de aceptar un Boeing de Catar como nuevo avión presidencial Air Force One han llevado al mandatario estadounidense a amenazar con acciones legales, al no entender que se le cuestione por recibir un aparato que, dice, es gratis.
El primer ministro de Catar, Mohamed bin Abdulrahmán, aseguró este mismo martes que la oferta, que todavía se está revisando, es algo «normal entre aliados» y no un «soborno». Desde la cadena CNN, contradiciendo la versión oficial, se precisó hoy además que fue la Administración republicana quien contactó inicialmente con el reino catarí.
La noticia se había filtrado a mediados de mes y desde el principio fue vista con escepticismo incluso entre las filas republicanas, que ponen en duda que el complejo proceso necesario para adaptar la aeronave a los requisitos de seguridad haga que la transacción valga la pena.
Sobre el papel, al líder republicano le salen las cuentas: la familia real catarí donaría al Departamento de Defensa un Boeing 747-8 valorado en unos 400 millones de dólares.
«Podría ser un estúpido y decir: ‘No, no queremos un avión gratis y carísimo’, pero me pareció un gran gesto», ha dicho Trump, quien niega que se trate de un regalo personal y asegura que, al concluir su mandato, dejaría de usarlo y lo depositaría en su biblioteca presidencial.
El republicano está decepcionado con varios retrasos que acumula Boeing en la fabricación de un nuevo Air Force One para reemplazar el actual, que considera anticuado.
Durante su primer mandato (2017-2021), Trump ordenó al Pentágono desembolsar 3.900 millones para un par de Boeing 747-8 que servirían como la próxima generación del Air Force One. La Casa Blanca declaró este febrero que el proyecto «lleva cinco años de retraso, pospuesto hasta 2029 o más tarde, a pesar de que el contrato se adjudicó en 2018».
Suspicacias por la adquisición
Pero convertir el avión de lujo obsequiado por Catar en uno apto para la función presidencial que se le encomendaría podría costar potencialmente cientos de millones de dólares y requerir hasta dos años, mientras se le instalan el equipo de seguridad, las comunicaciones y capacidades defensivas necesarias.
Para el senador republicano Ted Cruz, de Texas, aceptar ese avión «plantea importantes problemas de espionaje y vigilancia», una opinión compartida por legisladores demócratas como Jack Reed, que ha alertado de los riesgos de otorgar a una nación extranjera acceso potencial a sistemas y comunicaciones sensibles.
Según la CNN, un 747 convencional no tiene, además, la capacidad de reabastecerse de combustible en el aire, lo que sería necesario en caso de que Trump debiera permanecer en vuelo durante un tiempo considerable, por ejemplo, en caso de un ataque nuclear.
No es la única consideración sobre la mesa. «Primero hay que recordar quién es Catar. Tiene un largo historial de jugar a dos bandas. Apoyan a Hamás. Apoyaron a Al Qaeda. De hecho, Catar ha financiado protestas a favor de Hamás en campus universitarios por todo Estados Unidos», ha dicho Mike Pence, quien fuera vicepresidente de Trump en su primer mandato.
Este lunes, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, introdujo un proyecto de ley que busca vetar el uso de un avión extranjero como Air Force One.
Amenaza a ABC News
La prensa estadounidense se ha hecho eco de los argumentos a favor y en contra, pero Trump ha cargado especialmente contra la cadena ABC News.
El medio recordó la semana pasada que la Cláusula de Emolumentos Extranjeros del Artículo I de la Constitución prohíbe a los funcionarios federales, incluido el presidente, aceptar sin el consentimiento del Congreso cualquier regalo, emolumento, cargo o título de un Estado extranjero o de sus gobernantes o representantes.
Trump ha exigido al canal que deje de decir que Catar le está dando gratis el avión.
«Como Noticias Falsas ABC sabe y entiende perfectamente, ese respetado país lo está donando a la Fuerza Aérea y al Departamento de Defensa y no a mí. Al hacerlo, le están ahorrando a nuestro país y al contribuyente estadounidense cientos de millones», dijo en su red, Truth Social, recalcando que su mensaje se trata de una «advertencia justa» y que ya les ha ganado en el pasado demandas por difamación.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, intentó esta semana zanjar el asunto.
«La familia catarí ha ofrecido donar este avión a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, donde dicha donación será aceptada conforme a todas las obligaciones legales y éticas. Será reacondicionado con los más altos estándares. Este avión no es una donación personal ni un regalo al presidente. Y todos los que escribieron esto la semana pasada deberían corregir sus historias», advirtió el lunes.