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Naciones Unidas.- La Asamblea General de la ONU aprobó hoy por 149 votos a favor y 12 en contra una resolución presentada por España y copatrocinada por más de setenta estados miembros en la que se exige un alto el fuego en Gaza con un lenguaje inusualmente duro contra Israel.
El texto de la resolución recoge alusiones como “el uso del hambre contra los civiles (de Gaza) como arma de guerra y la denegación de acceso de ayuda humanitaria”, y subraya “la necesidad de rendición de cuentas que garantice que Israel cumple sus obligaciones legales”, términos que hasta ahora se habían evitado con el supuesto fin de concitar más apoyos.
Hoy votaron a favor de la resolución española estados aliados de Israel que en pasadas ocasiones se habían abstenido, como Japón, Canadá, Alemania, Australia y el Reino Unido, mientras que en contra se mostraron Estados Unidos, Israel, Argentina, Hungría o Paraguay, entre otros.
“Es urgente mandar un mensaje rotundo sobre Gaza”, dijo el embajador español, Héctor Gómez, al presentar esta resolución que lleva más de dos semanas negociándose y que recoge, como otras anteriores, tres puntos esenciales: alto el fuego inmediato, liberación de rehenes y entrada de ayuda humanitaria sin condiciones en Gaza.
El contundente apoyo logrado por la resolución -y el que haya sumado apoyos hasta ahora reticentes de varias potencias occidentales- hace pensar que la conferencia internacional para los dos estados prevista la semana próxima en la ONU puede ser un éxito, aun cuando Estados Unidos ha amenazado con represalias para los países que acudan.
El embajador de Israel recrimina a España
Poco antes de realizarse la votación, el embajador de Israel, Danny Danon, se dirigió hacia el embajador español, y le espetó en un tono agresivo: “Usted ha negociado esta resolución, ¿de veras era tan difícil condenar a Hamás? Una línea en cinco páginas, nada más que una línea de condena”, dijo Danon.
“No -se contestó a sí mismo-. Este voto de hoy es el de una resolución que no condiciona el alto el fuego a la liberación de los rehenes y que recompensa a los terroristas responsables de su sufrimiento”, razonó Danon.
Muy parecidos argumentos fueron empleados por la representante de Estados Unidos, Dorothy Shea, quien añadió: “La ONU gasta un tiempo precioso, energía y recursos para otra resolución sesgada que premia a Hamás. Seamos claros: esta resolución no hace nada por traer la paz a Gaza ni por avanzar en una solución diplomática realista”.
En sentido contrario, los países árabes e islámicos alabaron el tono de la resolución, y particularmente el embajador palestino, Riyad Mansour, quien agradeció a España “por su sentido de urgencia y responsabilidad” al presentar este texto, y por haber utilizado “el lenguaje más enérgico hasta la fecha” para plantear las exigencias a Israel.
Los países occidentales que en esta ocasión decidieron presionar a Israel lamentaron que la resolución no recogiera una condena inequívoca a Hamás -posiblemente para no enajenarse el apoyo de países africanos o musulmanes- pero igualmente votaron a favor tras expresar todos su preocupación por la catastrófica situación humanitaria en Gaza, donde la guerra ha matado ya a 55.000 personas y dos millones sufren hambre y malnutrición.