El menor implicado en el atentado contra Miguel Uribe Turbay, senador del Centro Democrático y precandidato presidencial en Colombia, se ha convertido en una pieza clave de la investigación que busca desentrañar las responsabilidades detrás del ataque.
Según información presentada por Semana, el joven, que fue capturado el 7 de junio, relató en detalle cómo se estructuró la operación y reveló los nombres y apodos de otros implicados, lo que ya ha llevado a las autoridades a ejecutar capturas y avanzar en el caso.
En su testimonio, relatado en dos sesiones mientras se encontraba ingresado en una unidad de cuidados intensivos tras la captura, el menor identificó como el principal responsable a quien denominó “el patrón del barrio y el jefe de la olla”, refiriéndose a la presunta cabeza de un grupo criminal local.
“A mí me iban a matar en esa vuelta”, declaró el joven, sugiriendo que el plan también incluía su asesinato tras ejecutar el atentado. El menor nunca recibió los 20 millones de pesos que le habían prometido por llevar a cabo el ataque, lo que refuerza su afirmación de que no planeaban dejarlo con vida.
El joven detalló que lo contactaron el mismo día del crimen con instrucciones precisas. A través de un servicio de transporte por aplicación, fue trasladado al lugar de los hechos, donde se le proporcionó un arma Glock 9 mm y se le indicó el procedimiento a seguir.
El adolescente, según el medio citado, ofreció un relato detallado del atentado, desde la manera en que fue reclutado hasta la ejecución del ataque. Según aseguró, tras identificar al líder político con la ayuda de una transeúnte, le disparó varias veces antes de emprender la huida.
Su versión coincide en gran medida con los registros de video y las evidencias gráficas recopiladas por los investigadores.
Según los mismos reportes obtenidos por Semana, el joven había estado en la zona por lo menos cuatro horas antes del ataque, monitoreando el lugar y esperando instrucciones. Su relato incluye detalles como el uso del pago móvil para pequeñas transacciones mientras aguardaba.
En un esfuerzo por garantizar la seguridad del menor y de su familia, las autoridades han adoptado medidas de protección extremas.
Según informó la fiscal Luz Adriana Camargo, “tenemos un primer avance, que tiene que ver con la inclusión de su familia en el programa de protección de testigos e intervinientes”. Estas acciones han incluido su traslado temporal al búnker de la Fiscalía y la evaluación de un posible cambio de identidad y reubicación de sus familiares.
A pesar de las críticas sobre la protección al atacante, el presidente Petro expresó que estas medidas son esenciales para garantizar el esclarecimiento del caso: “He ordenado que se le cuide al máximo, porque fue capturado relativamente bien, pero durante la captura fue golpeado violentamente por civiles y llegó a UCI”.
La narración del menor también permitió identificar a otros involucrados en el ataque, incluyendo a tres personas que lo acompañaron en un vehículo antes de cometer el crimen.
Entre los identificados se encuentran alias “el Costeño”, su novia y un conductor, que ya fue judicializado. Según las declaraciones recogidas por la Fiscalía, estas personas jugaron roles clave en la logística del atentado, proporcionando instrucciones y el arma utilizada.
Semana informó que tras estos avances, las autoridades han llevado a cabo varios operativos simultáneos y audiencias judiciales para recopilar pruebas y continuar con el proceso de captura de los responsables.
El menor, que sobrevivió a pesar de resultar herido durante su intento de fuga, reveló a los investigadores que nunca recibió el pago prometido y que, según sus palabras, “nunca me iban a dar esa plata porque consideraban que de esa no salía con vida”.
Su colaboración ha sido decisiva para esclarecer detalles operativos y desmentir rumores surgidos en redes sociales sobre supuestos cómplices. Según sostuvo, “lo dejaron solo en medio de la balacera y la persecución”, confirmando que había sido utilizado sin intención alguna de cumplir los términos acordados.
Además de los detalles del crimen, el joven habló sobre las dificultades personales que lo llevaron a involucrarse en actividades criminales.
Según narró, perdió a su madre en la infancia, mientras su padre, actualmente en Polonia, tuvo un historial de violencia intrafamiliar.
Relató que su abuela fue la única persona que se ha preocupado por él y pidió reiteradamente a las autoridades protección para ella. La vida del adolescente estuvo marcada por problemas de adicción y su paso recurrente por programas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (Icbf), sin que estas iniciativas lograran evitar su incorporación a la estructura delictiva que finalmente lo utilizó.