Ahmedabad. Un total de 268 cuerpos recuperados es el balance al cierre de la jornada del jueves tras el accidente de un avión de Air India con 242 personas a bordo que se estrelló en un campus universitario en la ciudad de Ahmedabad, en el oeste de la India, en una de las mayores catástrofes aéreas del país.

El ministro del Interior indio, Amit Shah, atribuyó la elevada pérdida de vidas a un incendio posterior al impacto. “El avión transportaba casi 125,000 litros de combustible y, debido a la alta temperatura, no había posibilidad de salvar a nadie”, afirmó en una comparecencia ante los medios tras visitar el lugar de los hechos.

La cifra de 268 cuerpos recuperados, confirmada por la policía de Gujarat, donde ocurrió el siniestro, indica que además de las víctimas del avión, al menos 27 personas fallecieron en tierra.

El avión se estrelló nada más despegar e impactó contra la residencia de estudiantes del BJ Medical College.

Entre los fallecidos del vuelo se encuentra el exjefe de ministros del estado de Gujarat, Vijay Rupani, una figura del partido gobernante BJP cuya carrera estuvo ligada a la del primer ministro, Narendra Modi.

“Es una gran pérdida para el BJP”, declaró el presidente regional del partido, C.R. Patil. También viajaban en el avión familias como la de Ankhil (33 años), Hannah (28) y su hija Sara (5), residentes en Londres que volvían de celebrar el Eid en la India, según relató a EFE un familiar que se encontraba en las afueras de la morgue.

Del total de 242 ocupantes del avión, 230 pasajeros y 12 tripulantes, el único superviviente ha sido identificado por los medios como Vishwash Ramesh, un ciudadano británico que ocupaba el asiento 11A.

Pesquisas

La lista oficial de fallecidos tardará en publicarse, informó el Gobierno indio. Shah explicó que la recuperación de cuerpos está “casi completa” y que ahora comienza un proceso de identificación mediante pruebas de ADN.

“Se están recolectando muestras de los familiares, incluso en el extranjero. Se realizarán alrededor de 1,000 pruebas”, indicó el funcionario.

El vuelo AI171, un Boeing 787-8 con matrícula VT-ANB y destino a Londres-Gatwick, despegó a las 08:08 GMT. Según la Dirección General de Aviación Civil (DGCA), la tripulación, liderada por el experimentado capitán Sumeet Sabharwal, emitió una llamada de emergencia “MAYDAY” antes de que se perdiera el contacto y la aeronave se precipitara desde una altitud de 825 pies.

“Estaba visitando a mi tío cuando vi el humo y me acerqué. La policía ya estaba allí, también las ambulancias. Había cadáveres y estaban intentando retirarlos. A las 17.30 vine al hospital y he visto llegar más de veinte camillas con cuerpos”, relató a EFE un testigo de la tragedia.

El primer ministro indio, Narendra Modi, fue puesto al corriente, mientras los ministros de Interior y Aviación se desplazaron a Ahmedabad para coordinar a la Fuerza Nacional de Respuesta a Desastres (NDRF). El gobierno de Gujarat, por su parte, estableció un “corredor verde” para el traslado de heridos.

El grupo Tata, propietario de Air India, también reaccionó. Su presidente, N. Chandrasekaran, expresó su “profundo pesar” y anunció la activación de un centro de emergencia y una línea de ayuda para familiares. Como señal de luto, la aerolínea cambió su imagen en redes sociales a blanco y negro. La investigación formal para esclarecer las causas del siniestro ya ha sido ordenada. l efe

Historial de Boeing, bajo la lupa otra vez

Aunque el accidente sufrido este jueves por un Boeing 787 Dreamliner de Air India es el primero con víctimas morales de este modelo de avión, el suceso vuelve a centrar la atención en el historial reciente de seguridad del fabricante aeronáutico estadounidense.

El siniestro es el primer accidente fatal de un 787 Dreamliner, un bimotor de fuselaje ancho que inició sus vuelos en 2009 y del que Boeing ha construido cerca de 900 unidades. Pero este accidente se produce cuando la compañía intenta recuperarse de los graves problemas de imagen que sufre desde los incidentes del modelo 737 Max, otro bimotor aunque más pequeño y de fuselaje estrecho. En 2018 y 2019, dos aviones de este tipo se estrellaron en Indonesia y Etiopía, provocando la muerte a 346 personas. Las investigaciones iniciadas tras esos dos accidentes detectaron que Boeing había cometido irregularidades, como el uso de titanio defectuoso y deficiencias de diseño, para lograr la certificación de los aviones. En 2024, un 737 Max de la compañía Air Alaska realizó un aterrizaje de emergencia al sufrir en pleno vuelo el desprendimiento de un panel que cubría el espacio para una de las puertas de emergencia del avión.

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