En 1981 el país centró su atención en la muerte de Fernando Arturo Ramírez Robles, un electricista de 46 años que murió mientras era interrogado por miembros de la Policía Nacional, luego de que este fuera detenido, acusado de robar unas joyas de una residencia -en la que había hecho un trabajo- y que para entonces estaban valoradas en 8 mil pesos.

Ramírez Robles perdió el conocimiento mientras era interrogado nada más y nada menos que en el destacamento del ensanche Naco, lugar que ha estado en el ojo del huracán por ser el terreno de donde hace justamente 14 días salió inconsciente y en estado crítico David de los Santos Correa, tras este recibir una golpiza que lo envió a un centro médico donde finalmente murió a causa del maltrato físico al que fue sometido en esa dotación policial por parte de tres compañeros de celda, en coautoría con los policías de turno, según las autoridades.

Fernando Arturo Ramírez Robles, el electricista que murió bajo custodia de la Policía en 1981, fue trasladado el 18 de junio del referido año al hospital militar Enrique Lithgow Ceara, donde falleció. La causa de su muerte se debatió por varios días y los cañones siempre estuvieron enfilados hacia un solo sitio: hacia los agentes policiales que lo detuvieron e interrogaron.Según recogen periódicos y escritos de la época, el electricista se desmayó mientras era interrogado por el Departamento de Crímenes y Delitos a la Propiedad en el destacamento del ensanche Naco porque alegadamente se había robado unas joyas, en la residencia de un ciudadano español de nombre Francisco González, en el ensanche Piantini, del Distrito Nacional.

La causa de la muerte

Al principio, los médicos del hospital dijeron que tuvo un paro cardíaco, mientras que la policía aseguraba que había sufrido un infarto al miocardio a causa de intoxicación alcohólica. Sin embargo, familiares del fallecido afirmaban que su muerte había sido a consecuencia de múltiples golpes que le produjeron en la dotación policial porque el cadáver presentaba heridas y marcas por distintas partes del cuerpo como la cara, costillas, glúteos, ojos, tórax, entre otras. Estos, en ese entonces, hablaron de que el señor había sido torturado desde que había llegado al destacamento, razón por la cual perdió la vida.

La conmoción y gran relevancia del hecho causaron gran revuelo en la sociedad dominicana, lo que provocó que el presidente de la época, Antonio Guzmán se interesara en lo sucedido y ordenara indagar hasta llegar a las últimas consecuencias. Se ordenó una autopsia en el hospital Salvador B, Gautier cuando el cuerpo ya estaba enterrado, por lo que se tuvo que hacer una exhumación del cadáver días después en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.

Los resultados de la autopsia fueron revelados días después de ser practicada y se informó que esta reveló que el electricista había sido golpeado, pero que la causa de su muerte había sido, en efecto, un infarto agudo al miocardio.

Entre las versiones que se manejaron después de dichos resultados, está que las emociones experimentadas por el electricista durante la tortura fue lo que originaron su muerte. Por el caso fueron acusados dos policías, señalados como los que propinaron la golpiza del electricista. Estos eran el sargento Fausto Cristian Lebrón y el raso Cesáreo Haza de Jesús. El jefe de la Policía de entonces, mayor general Paulino Reyes de León, y el consultor jurídico de entonces coronel Eladio Lozada Grullón, habían recomendado que no se enviara el caso a la justicia ordinaria porque los agentes acusados de la golpiza habían actuado en el ejercicio legal de sus funciones, pero luego fueron puestos bajo la acción de la justicia, pero liberados luego mediante sentencia de habeas corpus.

Los casos similiares en destacamentos de la PN

Casos similares y recientes envuelven y arrastran el accionar de los miembros de la Policía Nacional en los cuarteles policiales. Entre estos está el de David de los Santos Correa, un joven de 24 años, que murió bajo custodia policial en un centro de salud, luego de que este fuera golpeado por sus compañeros de celda en el destacamento de Naco, provocados, según el Ministerio Público, por los agentes de turno.

A ese se agrega el de José Gregorio Custodio, de 38 años, fue detenido en un destacamento de San José de Ocoa y luego fue trasladado a un centro de salud de esa demarcación, donde también falleció al llegar al lugar con heridas provocadas, supuestamente, por golpes que le habrían dado los policías actuantes en el incidente, además de moretones y otros signos de violencia. También está Richard Báez, un peluquero de 30 años que días antes había sido agredido, presuntamente, por miembros de una patrulla de la Policía Nacional, en el distrito municipal Santiago Oeste. El joven murió en el hospital regional universitario José María Cabral y Báez de Santiago, donde estaba ingresado desde el día de la agresión. El reporte médico indica que Báez murió a causa de golpes contusos en distintas partes del cuerpo.

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