Aníbal de Castro, periodista veterano, ha ofrecido una defensa firme del controvertido anteproyecto de ley sobre libertad de expresión impulsado por el Ejecutivo dominicano.
“La han llamado ley mordaza quienes no la han leído”, dijo De Castro en una entrevista transmitida por CDN en el programa Siendo Honestos, conducido por la periodista Katherine Hernández. “Si los periodistas la estamos respaldando, es porque no busca censurar, sino proteger la esencia del periodismo”.
El también director de Diario Libre considera que el proyecto responde a una necesidad urgente: establecer marcos de responsabilidad ética en un entorno donde los hechos y las falsedades circulan con la misma velocidad. Inspirada en legislaciones europeas que intentan contener el poder de las grandes plataformas tecnológicas, la propuesta busca –según De Castro– proteger tanto a los medios como al ciudadano frente a abusos crecientes en el ecosistema digital.
“Nosotros hacemos periodismo; ellos hacen otra cosa”, advirtió, refiriéndose al contenido que se difunde en redes sociales sin verificación ni responsabilidad editorial. “Trabajamos con hechos, con principios. Lo otro es rumor, manipulación, a veces chantaje.”
Para De Castro, la nueva ley no limita la libertad de expresión, sino que establece los límites razonables que cualquier sociedad democrática necesita. “La censura está prohibida por la Constitución. Pero lo que se dice, si se dice mal y daña, debe tener consecuencias”.
Entre el escepticismo y la necesidad de un pacto migratorio
La conversación también giró hacia otro de los temas más sensibles del presente dominicano: la migración haitiana. A propósito de la convocatoria realizada por el Consejo Económico y Social (CES) a un diálogo nacional sobre el tema –cuyo acto inaugural está previsto para este jueves– De Castro expresó una mezcla de prudencia e incredulidad. “El diálogo siempre es bienvenido”, señaló, “pero si solo se buscan salidas a corto plazo, entonces no son soluciones, son curitas.” Su escepticismo quedó encapsulado en una frase que repitió con cierto pesar: “No quiero creer en mi descreimiento”.
El periodista planteó que la migración irregular desde Haití no puede seguir abordándose como una emergencia puntual, sino como una realidad estructural integrada al tejido económico nacional. “La mano de obra haitiana está imbricada en la economía. No podemos seguir mirando hacia otro lado”.
En la entrevista, De Castro también abordó el impacto del discurso de odio amplificado en redes sociales, especialmente en temas como la migración, la identidad nacional y la libertad de prensa. Aunque no mencionó directamente nombres, se refirió a los ataques que ha recibido de grupos organizados, indicó: “Ese tipo de comentarios ha generado críticas de un grupo de la sociedad que se viste de negro, que yo no tengo ni que mencionar. Me tiene sin cuidado. Yo creo en la disidencia. Cada quien tiene derecho a expresar sus ideas. Yo no estoy de acuerdo, pero deben expresarlas con respeto. Yo quiero respetar las de ellos y espero que ellos respeten las mías”.