Santo Domingo.- Entre el ruido, el hedor de los vertederos improvisados, y de algunas sustancias ilegales, dominicanos y haitianos hacen vida en el popular barrio “Pequeño Haití”, ubicado en los alrededores del sector San Carlos de esta ciudad capitalina.
En el Pequeño Haití, en contraste con su vecina Ciudad Colonial, una de las zonas turísticas más importante del país, convergen una serie de basureros improvisados que muestran la insalubridad y el desorden que por años caracteriza este lugar.
Un cuadrante formado por las calles Santomé, Padre Miguel, De Monte y Tejada, y avenida Mella, delimita el territorio de este singular sector. El Pequeño Haití también lo atraviesa las calles Benito González, Imbert y doctor Hernando Gorjón.
Joan Hernández, residente del Pequeño Haití, dijo que, pese a que el sector está a un paso de la Zona Colonial, la delincuencia es tan fuerte, que si solicitas un pedido en una Apps de comida los delivery se niegan a traértelo a tu casa por miedo a que los atraquen.
De igual modo denunció que “el pan de cada día en este sector es ver en las esquinas a personas buscando entre cúmulos de basuras. Los indigentes muchas veces también están en las esquinas fumando yerbas y otro tipo de sustancia. A este caos se le agrega que durante las noche los haitianos ponen su música a todo volumen”, aseguró Hernández.
Sustancias ilegales
elCaribe recorrió el lugar y en la calle Imbert del Pequeño Haití, constatando la libre circulación de estupefacientes en el sector. Varios hombres compartían bolsas de una hierba, presumiblemente mariguana, por su característico hedor.
Más adelante, en la calle Doctor Hernando Gorjón, un hombre intentaba lanzar una bolsita con un contenido verduzco y le dice a su compañero “Ten, fuma, no te dejes morir”.
Origen
El Pequeño Haití se formó con los vendedores del Mercado Medelo, quienes siendo vendedores ambulantes se asentaron en ese lugar y aprovecharon las proximidades del mercado, explicó el urbanista Marcos Barina.
Barina declaró que esta zona siempre ha estado ahí. En sus inicios, estas áreas eran los almacenes del Mercado Modelo.
Aseguró que, en el momento en que el Mercado se arrabalizó y el gobierno le dejó de prestar atención, se volvió accesible a emigrantes que hicieron de esta zona lo que es hoy.