El relator especial de las Naciones Unidas para temas relacionados con la correcta gestión de sustancias y desechos peligrosos está de visita en la República Dominicana y su lectura sobre los avances y desafíos del país en materia medioambiental mueve a preocupación.

Marcos Orellana alertó sobre la presencia en territorio nacional de un plaguicida altamente peligroso utilizado en la agricultura para controlar plagas, insectos, hongos y malas hierbas.

“A pesar de la existencia de las Aduanas Verdes y la Ventanilla Única, me preocupa la entrada al país del Paraquat, un agrotóxico altamente peligroso. Durante mi visita, me informaron del uso de clorpirifós, un plaguicida altamente peligroso, en ciertos cultivos en el país”, sostuvo el comisionado en su declaración al final de la visita oficial.

En tal sentido, señaló que la falta de trazabilidad de los plaguicidas importados, al igual que la inexistencia de un sistema de control adecuado de su comercialización, contribuyen a que este pesticida peligroso sea usado sin control, a pesar de su alta toxicidad.

“Los efectos nocivos de los plaguicidas sobre la salud humana están bien documentados. La Constitución Nacional (artículo 67 (2)) prohíbe la introducción al país de agroquímicos vedados internacionalmente, al igual que desechos tóxicos y peligrosos, entre otros. Sin embargo, la información recibida revela una falta de control adecuado en los sistemas de control y comercialización de agroquímicos peligrosos”, declaró.

La Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes, en su última sesión en mayo de este año, ha listado el clorpirifós para su eliminación, puntualizó. Como Estado Parte del Convenio de Estocolmo, exhortó a la República Dominicana a que implemente esta medida a la brevedad.

No obstante, el experto destacó los avances de implementar Las “Aduanas Verdes” cuyo rol de supervisión y facilitación del comercio legal, juega un papel importante en impedir la importación de desechos tóxicos y productos prohibidos.

También se mostró preocupado por la aspersión de agroquímicos cercanas a escuelas. No obstante, resaltó que el Gobierno ha tomado medidas de control.

“Ciertas resoluciones emitidas por el Ministerio de Agricultura prohíben el uso de plaguicidas en horarios de clases. Sin embargo, me han informado que, en múltiples ocasiones, las dispersiones aéreas y terrestres de plaguicidas cerca de las escuelas continúan en horario escolar”, deploró. Marcos Orellana destacó que estas fumigaciones han tenido un impacto negativo en la salud de niños, niñas, profesores y personal escolar, quienes han sufrido afectaciones al sistema nervioso, respiratorio y vascular.

“También he conocido casos de personas que han sufrido secuelas graves asociadas a la exposición a estos agroquímicos. Por otra parte, me han informado sobre la presunta actitud irresponsable de ciertas autoridades que, en lugar de perseguir a las personas responsables de la aplicación de agrotóxicos en violación de la normativa vigente, habrían intentado culpar a los mismos niños y niñas y docentes de una escuela”, condenó.

Durante su visita, el comisionado de la ONU se reunió con el ministro de Medio Ambiente, con el titular de Energía y Minas y representantes del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, al igual que del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados. También sostuvo reuniones con el equipo de país de la ONU, representantes de la sociedad civil, de comunidades, sector privado y académicos.

Mano de obra irregular dificulta certificaciones

Por otro lado, el comisionado de la ONU precisó que en su visita fue informado sobre prometedores proyectos de café, banano y cacao orgánicos que están siendo desarrollados en el país.

“Sin embargo, estos proyectos que emplean una importante mano de obra en situación irregular están teniendo dificultades para obtener la certificación orgánica, porque una de las condiciones de la certificación es de regularizar la mano de obra. Me preocupa que muchas de las personas que aplican plaguicidas en los campos, pertenecen a grupos en situación de vulnerabilidad, con escasa educación y en situación de pobreza”, expresó.

Según la información que dice recibió durante su estadía en el país, el 90 por ciento de las personas que trabajan en los campos serían de origen haitiano.

“También existen alegaciones de que niños y niñas trabajan en los campos y son expuestos a los agroquímicos peligrosos. En muchos casos, los trabajadores agrícolas no usan material de protección adecuado, no saben leer, no tienen el conocimiento necesario ni han sido capacitados para aplicar estos químicos peligrosos”, advirtió. Además, los envases vacíos de plaguicidas peligrosos no son gestionados correctamente, agregó.

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