El director académico del Instituto Internacional de Liderazgo-Histadrut en Israel, Sergio Gryn, abordó con profundidad las consecuencias del conflicto entre Israel y Hamas, así como el impacto humano, político y social de la guerra desatada tras el ataque del pasado 7 de octubre de 2023.
Gryn, quien es licenciado en Relaciones Internacionales, explicó que el ataque de Hamas desde la franja de Gaza fue “demoníaco”, no solo por su violencia, sino por las secuelas que aún perduran a lo largo de este año y ocho meses.
“El hecho ocurrido, acontecido el 7 de octubre, donde Hamás, desde la Franja de Gaza, produjo un ataque demoníaco (lo diría yo) por todo lo acontecido en ese momento, incluyendo, más allá de los horrores de las matanzas, el secuestro de gran cantidad de gente. La herida todavía no ha cicatrizado en absoluto; todavía tenemos 58 secuestrados en la Franja de Gaza, 20 de ellos vivos (estamos prácticamente seguros de que están vivos), y el resto de las personas, lamentablemente, fallecidas”, expresó en una entrevista telefónica en el programa Marcando el Rumbo, por CDN Radio, conducido por los panelistas Janet Camilo, Rafael Díaz y Rafael Dolores.
Desde su experiencia como residente en Israel y formador de líderes en Medio Oriente, Gryn resaltó que el conflicto no solo produce muertos y heridos, sino que destruye familias y comunidades enteras, especialmente en los kibutzim, aldeas de tradición pacifista que fueron atacadas brutalmente. “Muchos de los asesinados eran activistas por la paz”, recordó.
Al ser consultado sobre la situación de los niños huérfanos víctimas del conflicto, el especialista explicó que existe un modelo de internados educativos para estos infantes.
“Hay que recordar que Israel recibió una gran cantidad de niños huérfanos de guerra en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, por lo tanto, el modelo de internados educativos para niños huérfanos es un modelo institucional que fue transmitido de generación en generación. A estos internados asisten diferentes tipos de niños, incluyendo tanto a aquellos con algún tipo de problemática o riesgo social, como a los niños huérfanos”, dijo.
Respecto a la alianza entre grupos chiítas y sunitas como Hezbolá, Hamas y la Yihad Islámica, Gryn manifestó que el “único factor que los une es el odio a Israel. El gran director de orquesta es Irán, que financia y articula estas agrupaciones con el objetivo de la desaparición del Estado de Israel.”
Ante las crecientes tensiones políticas en Israel, el analista confirmó que “hay rumores serios de elecciones anticipadas, lo que refleja el desgaste de la coalición actual encabezada por Benjamín Netanyahu y la demanda de la oposición al propio gobierno
Sostuvo que, en estos momentos, hay tres partidos que se disputan el liderazgo de la oposición. Hoy en día quien dirige la oposición en Israel es Yair Lapid, quien fue primer ministro antes de Netanyahu, por un periodo corto.
“Sin embargo, las encuestas sugieren la posible fundación de un nuevo partido político por Naftalí Bennett, quien ya fue primer ministro en rotación con Yair Lapid durante el año y medio de oposición a Netanyahu”, precisó.
Añadió que la sociedad israelí está “cansada de la guerra” y que más allá de las ideologías, existe una polarización entre quienes apoyan o rechazan al primer ministro.
“La guerra es un juego donde no hay unos que ganan y otros pierden, todos pierden. Cada vida perdida, ya sea israelí o palestina, es una tragedia. Cuando muere un niño palestino, el mayor perjudicado es Israel”.
Sergio Gryn llamó a buscar una solución real y propuso que tanto Israel como la Autoridad Palestina, junto con potencias regionales e incluso mundiales, trabajen para lograr una paz duradera. “La guerra sólo genera más odio y deseo de venganza. La violencia termina engendrando más violencia. No se trata solo de no guerra, se trata de construir la paz. No se puede seguir manejando el conflicto con parches.”
Sobre Histadrut
Gryn relató su trabajo desde el Instituto Internacional de Liderazgo – Histadrut, una entidad asociada a Mashav, la agencia israelí de cooperación internacional. Explicó que desde hace más de seis décadas Israel ha compartido conocimientos en desarrollo social, agrícola, liderazgo y tecnología con otros países.
“El objetivo es compartir aquello que aprendimos como un país joven y en desarrollo. Hemos transformado el desierto en un modelo de agricultura intensiva, y queremos que esa experiencia sirva a otras naciones”, expresó.