Santiago.-El arzobispo de Santiago, Ramón Benito de la Rosa y Carpio mostró preocupación por los casos de violencia intrafamiliar, con secuela de agresiones y crímenes cometidos por hijos contra los padres, lo que atribuye al auge de las drogas.
Preocupado por los hechos de violencia, informó que la Iglesia Católica trabaja en un programa que ha permitido ya el rescate de diez jóvenes adictos a los estupefacientes.
El caso más reciente y que es atribuido al consumo de drogas, ocurrido el pasado domingo es el de Marcos Almonte el menor de 16 años que asesinó a cuchilladas sus padres Rosa María Almonte y Manuel Almonte Pichardo y posteriormente se ahorcó.
Con este asesinato suman dos suman dos en lo que va de año, pues el pasado 29 de enero, un menor de 17 años mató de varios disparos a su padre Agustín Danilo López de 43 años en la comunidad de Arroyo Hondo Arriba.
“Estamos a los narcotraficantes para que vean lo que ocasionan las drogas. Es triste ver como un niño mata a sus padres, motivado por los vicios”, expresó de la Rosa y Carpio.
El religioso propone intensificar la batalla contra el narcotráfico debido a la secuela de daños que ocasiona y lleva a las familias dominicanas.
Para la fiscal de Santiago, Luisa Liranzo es preocupante la cantidad de casos de violencia intrafamiliar, debido a que se están convirtiendo en la principal causa de denuncias que llegan al departamento.
Liranzo entiende que patrones violentos de educar o castigar corporalmente a los hijos no han dado el resultado esperado.
En el caso de Manuel, el menor que mató a sus padre en la comunidad Los Cocos, sus vecinos aseguran que desde que cayó en el mundo de del as drogas pasó de ser un adolescente tranquilo a transformarse en un demonio.
Un día antes de asesinar a sus progenitores amenazó a un hombre y a una prima con quitarle la vida, molesto por los consejos.
La tragedia cayó tan mal en la comunidad, que en momentos que eran velados los cuerpos, previo a ser sepultados en el cementerio Los Cocos, el ataúd del adolescente fue tapado por parientes, ante el temor a agresiones.
“Ese muchacho, olía cemento, cenizas y se notaba desesperado cada vez que no tenía dinero para comprar drogas y eso era lo que provocaba que amenazara a sus padres con quitarle la vida”, expresa Emilio Cabral.
Horas antes de cometer el crimen, Manuel se pasó arrinconado todo el día en su habitación y salió en horas de la noche para parecer maquinar lo que haría en la madrugada del domingo, quitarles la vida a sus padres.
Debido a la estrechez en que vivían, el velatorio se hizo en una cada de una pariente y fueron sepultados al atardecer del domingo.
Casos menores
La Fiscalía trabaja en dos casos de menores, uno de once años que duerme en un solar baldío en el barrio La Joya, y que su madre se resiste a aceptarlo en su hogar, debido a su comportamiento agresivo. El otro es de una menor de 13 apresada en un centro de diversión tomando alcohol y fumando en una hooka y que ahora también su madre se resiste a aceptarla en su casa.
