Novak Djokovic irradia una aureola de invencibilidad que ahora mismo nadie se atreve a cuestionar luego de su victoria del domingo.El serbio le ganó una batalla épica a Rafael Nadal para revalidar su título en Australia, en la final más larga de la historia de los Grand Slam y convertirse en el primer hombre que se consagra en tres citas grandes consecutivas en la era abierta. ¿La próxima asignatura para Djokovic? Se trata del Abierto de Francia, el único grande que le falta. Tampoco descarta lo máximo: el Grand Slam.
“Alguien (Rod Laver) lo hizo, así que es posible”, dijo Djokovic ayer tras cumplir con la rutina de sacarse fotos con el trofeo de campeón en un parque de Melbourne.
“Es cierto que estos son tiempos diferentes y el tenis actual es más competitivo y de más desgaste físico”, añadió. “Eso hace que el desafío sea más complicado. Pero todo es posible”.
Con los Juegos de Londres después de Wimbledon este año, Djokovic puede aspirar a un “Slam Dorado” en el caso de ganar la presea de oro en la cita olímpica, amén de los cuatro grandes. “La verdad es que estoy en el mejor momento de mi carrera”, señaló Djokovic. “Estoy en mi plenitud física y mental. Me siento fuerte, me siento motivado para ganar más trofeos”.
Trasnochado, Djokovic festejó de forma diferente este año. En vez de contratar a una banda de música, el serbio imitó que tocaba una guitarra y se puso a cantar la letra de “Highway To Hell”, el clásico tema de la banda de rock australiana AC/DC.