Este lunes 23 de junio Irán inició la “Operación Anunciación de la Victoria”, lanzando al menos seis misiles balísticos hacia la base aérea de Al Udeid en Catar y varios más hacia Ain al‑Assad en Irak, coincidiendo con el cierre temporal del espacio aéreo catarí.
La ofensiva iraní responde directamente a los ataques estadounidenses del fin de semana contra sitios nucleares en Fordo, Natanz e Isfahan, que marcaron un nuevo capítulo en el conflicto Irán‑Israel y calificados por Teherán como agresión a su soberanía.
Qatar detectó varias explosiones sobre Doha; se activaron sistemas antimisiles en Al Udeid y medidas de protección a tropas estadounidenses se despliegan. Mientras el Pentágono, advierte que cualquier represalia iraní será contrarrestada con fuerza superior.
Declaración de amenazas de Irán
El IRGC declaró que este ataque era una respuesta firme y advirtió al “Gran Satanás” de EE.UU. que no permitirá invasiones impunes. Estados aliados como Rusia llamaron a la moderación, mientras Occidente advertía sobre una posible espiral militar.
EE.UU., con Trump en la Sala de Crisis, condenó el ataque y examinó sanciones adicionales mientras analizaba respuestas. Qatar, Canadá y Europa instaron a la desescalada diplomática.
Los países del Golfo reforzaron sus defensas, aviones se desviaron y se reforzó la seguridad alrededor del Estrecho de Ormuz, asegurando que las rutas petroleras se mantuvieran abiertas pese a la tensión militar .
Analistas advierten que este ataque podría desencadenar una nueva batalla diplomática y militar entre EE.UU. e Irán, con consecuencias en Israel y Siria, y aumenta el riesgo de extensión a conflictos abiertos .