A propósito del aniversario del fallecimiento del presidente Joaquín Balaguer no faltaron los que buscaron afanosamente espacio mediático, como lo han estado haciendo ya como hábito, esta vez con la mira puesta en hacerse beneficiarios de designaciones de las que por decreto hará Danilo Medina a partir de su instalación como presidente de la República el próximo 16 de agosto. Es como si pareciera que no pueden vivir sin estar colocados en la nómina del Estado, aún cuando dicen y proclaman a voz en cuello que alegadamente son profesionales de éxito, con un blanco de público garantizado como clientela o pacientes. Y después de todo, en ocasiones son hasta afortunados. Por eso juegan a que recuerden su existencia inventando historias y supuestas cercanías al doctor Balaguer en vida. ¡Ah reformistas…!
El corazón de JB
Esa versión de que el presidente Balaguer deseaba que le sacarán el corazón cuando muriera no es nueva, aunque ahora tuvo otros protagonistas. El relato original de ese supuesto deseo del fallecido mandatario lo hizo público hace varios años ya quien fuera de verdad el médico de cabecera del caudillo reformista: el doctor Clarence Charles Dunlop. Esa vez, lo recuerdo muy bien, el reconocido médico dijo que Balaguer le expresó su voluntad con la encomienda de que su corazón fuera conservado y colocado sobre la tumba de su padre, don Joaquín Balaguer Lespier. Lo que pasa es que Charles Dunlop no fue figurero ni usó su real cercanía al caudillo para buscar notoriedad, por lo que la historia quedó ahí. Ejercicio médico con ética, así le califican…
…sigue parao”
De Charles Dunlop se recuerda que, saliendo de las habitaciones del líder reformista, tras monitorear su salud luego de una gripe recurrente, una periodista le inquirió sobre el estado del caudillo, y el galeno respondió con notoria satisfacción y optimismo: “¡El gallo sigue parao!”. ¡Ahí sí había…!