“Bendición mami, perdón abuela”

¿Carga pesada? Muchos abuelos están listos para simplificar sus vidas y tomar las cosas con  más calma. Dejar esto atrás y asumir las responsabilidades de ser padres nueva vez puede producir…

¿Carga pesada?

Muchos abuelos están listos para simplificar sus vidas y tomar las cosas con  más calma. Dejar esto atrás y asumir las responsabilidades de ser padres nueva vez puede producir muchos sentimientos: pesadumbre, coraje, resentimiento y posiblemente, culpa. En algunos casos, esta transición produce tensión nerviosa y emocional, y conlleva una carga financiera significativa. “El choque cultural que produce el tratar con niños y adolescentes de una generación distinta puede ser enorme”, comenta Clarissa Guerrero, psicóloga infanto-infantil.

Rosa A. Méndez, 62 años.

··· “Pensé que mi rol de madre había quedado atrás. No imaginé criar un niño a mi edad”.

Un embarazo a destiempo, la muerte de los padres o el divorcio, son de los principales escenarios que se presentan para que los abuelos se ocupen de los hijos de sus hijos.

Para Clarissa Guerrero, experta en terapia infanto-juvenil y miembro del Colegio Dominicano de Psicólogos, ser criados por los abuelos es un tema de muchas vertientes ya que existen distintas categorías: “Están los abuelos ‘añoñadores’; los de la vieja escuela o popularmente conocidos como ‘batuta y constitución’; y  los modernos, que son más bien ‘proveedores’, debido a que se encuentran aún muy activos en el ámbito laboral en que se desenvuelven”.

En cualquiera de los casos hay varias puntos a destacar. Los abuelos ‘añoñadores’ son los más comunes y pueden llegar a ser un gran problema pues complacen en todo sin poner límites claros, sobreprotegiendo, lo que a nivel psicológico, puede aflorar dos personalidades totalmente distintas en los niños;  “una personalidad dependiente y temerosa o una manipuladora que aprende a lograr su cometido, al punto de convertirse en ‘tiranos’ con el fin de lograr sus fines”, sostiene la especialista en infantes.

Ahora bien, en el caso de aquellos abuelos de personalidad fuerte, donde las reglas se anteponen al afecto, nos encontramos con un niño en constante oposición con la autoridad o que simplemente se siente retraído y en algunos casos hasta deprimido por falta de flexibilidad en la crianza.

 Guerrero comenta que en este escenario muchas veces prima el abuso físico que, como sabemos, se recicla en el niño, convirtiéndose en agresor o víctima dependiendo la posición que asuma en dicha relación.

También están los abuelos más modernos, que por las exigencias laborales no dedican tanto tiempo como quisieran a sus nietos, en caso de tener que fungir ellos como padres. De aquí que  compensen materialmente dicha ausencia. Esto crea niños y jóvenes insaciables y dirigidos por el principio de la inmediatez y del placer, ya que el afecto se mide a través de las cosas que se poseen. “Estos niños son más propensos a experimentar situaciones de riesgo como el alcohol y las drogas, debido a la necesidad de ser dirigidos siempre por el principio de satisfacer las necesidades sin pensar en las consecuencias.

Además, son niños que carecen de una supervisión adulta más cercana, por esto es más difícil para sus abuelos poner límites y decir “no” antes diversas situaciones.

Para nadie es un secreto que los extremos no son buenos. Límites rígidos o muy difusos siempre conducirán a conflictos entre los seres humanos. Si un abuelo tiene la tarea de criar a sus nietos es importante que pueda consultar a un especialista, ya que las generaciones van cambiando y con ellas sus necesidades y la forma de crianza.

Establecer límites con amor es la mejor manera de llevar la fiesta en paz y feliz, ambas partes. Decirles “no” a los nietos y también a los hijos, es sinónimo de “te amo tanto que prefiero ponerte límites hoy para que mañana no los tengas que aprender de la sociedad”, concluye la terapeuta.

Es posible ser abuelos firmes, amorosos y criar nietos saludables emocionalmente. Si puedes ayudar a un abuelo/a  en esta situación, hazlo, te lo agradecerá.

Teresa García,  55 años.
··· “Siempre le hice saber que soy su abuela y quiénes son sus padres. La he educado como a una hija: con responsabilidad y amor”.

Gran ayuda

En caso de que los padres no puedan brindar el cuidado adecuado a sus hijos, los abuelos pueden asumir este rol. Por eso, desde 1998, la ONG Mensajeros de la Paz celebra cada 26 de julio, el Día del abuelo.

Una buena relación.

La ONG Mensajeros por la Paz   realizó un sondeo vía telefónica a un millar de niños, entre 6 y 17 años, sobre la relación con sus abuelos. Algunas de las conclusiones fueron:

1. Al 74,25% les gustaría convivir, aunque sólo fuera por algún tiempo, con sus abuelos, sobre todo a edades más tempranas.

2. Aprenden más cosas y con ellos se pasan mejores momentos. Y así no están solos, dicen.

3. Los abuelos maternos comparten más su tiempo con los nietos que los paternos.

4. Entre los aspectos negativos, destacan los castigos y los regaños; cuando son mayores, no les gusta que les controlen excesivamente.

5. Los nietos ayudan en las tareas domésticas (un 18%). Un 26% les ayuda a usar las nuevas tecnologías (teléfonos, aparatos electrónicos, internet…) y un 12% en el aprendizaje de idiomas.

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