Modalidades del ataque cerebral

Para abreviar, cuando hablemos del ataque cerebral usaremos las siglas ACV.  Este es un evento patológico de la circulación del cerebro. El ACV se puede clasificar en dos tipos: 1) isquémico, que representa el 83%, y 2) hemorrágico, que es el 17%.

Para abreviar, cuando hablemos del ataque cerebral usaremos las siglas ACV.  Este es un evento patológico de la circulación del cerebro. El ACV se puede clasificar en dos tipos: 1) isquémico, que representa el 83%, y 2) hemorrágico, que es el 17%.

En el ACV isquémico se produce una obstrucción de una arteria cerebral por un coágulo que se forma “in situ”, en una arteria afectada por aterosclerosis (trombosis), o por un coágulo o émbolo de sangre que emigra desde el corazón, la aorta o las carótidas.

Las arterias se van adelgazando a medida que se alejan del corazón; el coágulo viaja por la arteria hasta que su diámetro se hace demasiado estrecho para que el coágulo pueda seguir adelante.

En ambas formas la arteria se ocluye y el tejido cerebral irrigado por esa arteria deja de recibir sangre (queda isquémico). Esa zona afectada no recibe oxígeno ni nutrientes, sufre daño y sus neuronas (células cerebrales) mueren. Por lo general esas neuronas no se reparan ni se reproducen.

El ACV hemorrágico se produce por la ruptura de un vaso cerebral cuyas paredes se han debilitado a causa del proceso de la aterosclerosis o por la ruptura de un aneurisma cerebral, que puede ser congénito o adquirido debido a la aterosclerosis.

En el aneurisma hay una dilatación anormal del vaso sanguíneo con sus paredes adelgazadas. Cuando la sangre escapa de las arterias se derrama en el cerebro y lo infiltra, o puede inundar los ventrículos cerebrales y el espacio subaracnoideo y aparecer en el líquido céfalo raquídeo.

La sangre es tóxica cuando entra en contacto con las neuronas y produce efectos devastadores en el tejido cerebral.  Además, la extravasación de la sangre produce compresión del cerebro, y agrava el ataque.

El peso del cerebro representa el 2% del peso de nuestro cuerpo. Sin embargo, recibe el 20% de la sangre impulsada por el corazón, usa el 20% del oxígeno y la glucosa de nuestro cuerpo. Por eso es tan crítico el corte de la circulación a este órgano.
Héctor E. Mateo es médico cardiólogo

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