La mañana de Navidad encontró a muchos capitaleños bailando a ritmo de salsa y dembow, tras continuar de corrido la celebración de Nochebuena el pasado 24 de diciembre. Varios colmadones y “drinks”, ubicados en distintos sectores del Gran Santo Domingo, permanecían llenos de personas embriagadas, que siguieron de largo la parranda.
Es el caso de Los Mina, donde con güiras y cencerros, pasadas las 10:00 de la mañana, muchos bailaban y tomaban cervezas en un colmadón ubicado en la calle 12 de Octubre esquina Diego Colón.
A la entrada del establecimiento, un gracioso muñeco de Santa Claus vestido a la dominicana, era usado para tomarse fotografías y colocarle botellas de cerveza vacías.
“Aquí amanecimos de palo a palo, nadie se acuesta hasta la noche”, afirmó Jesús Rosado, quien sostuvo que las fiestas en este barrio del municipio Santo Domingo Este comenzaron desde hace varios días con la celebración de un tradicional encuentro deportivo navideño que incluyó un palo encebao, juegos de vitillas, tablero, voleibol y dominó.
El ambiente festivo también era latente en la calle Abreu del populoso barrio San Carlos, donde, además de alcohol y dembow, los jóvenes se extasiaban con el humo de la “hookah”.
En el colmado “A lo Fucker” ubicado en la calle Sánchez Valverde de Villa Consuelo, decenas de mozalbetes ocupaban las aceras con cervezas en mano y ganas de fiesta. “Aquí seguimos derecho hasta que el cuerpo aguante, rulay”, afirmó José Peña dejando escapar el tufo a alcohol.
Mientras un joven preparaba yaniqueques en una esquina de la calle Josefa Brea, en el barrio Capotillo, a pocos metros otros bailaban, indiferentes a un hombre, aparentemente borracho, que les amenazaba con un machete.
Otros que parrandearon hasta después del amanecer fueron los residentes de Villa Mella, el ensanche Espaillat y Villas Agrícolas, cuyos colmadones y drinks permanecieron abiertos durante todo el 24 y 25 de diciembre.
Pese a que muchos usaron el día para continuar con la ingesta de alcohol, otros lo emplearon para visitar a amigos y familiares aprovechando el descongestionamiento de las calles y avenidas de la capital, que ayer lucían despejadas por el escaso servicio de transporte público reducido a su mínima expresión a causa del feriado.
Parques como el Mirador Sur y plazas como Güibia, también sirvieron de escenario para muchas personas que acudieron a compartir con tranquilidad junto a sus familias.
Acumulación de basura
Durante el recorrido realizado por elCaribe se observó grandes cúmulos de basura y desechos plásticos en la avenida Duarte, procedentes de tiendas e importadoras de ropas y calzados que de manera irresponsable lanzan sus desperdicios a la calle.
La misma estampa se observó a lo largo de la avenida Nicolás de Ovando, donde varios vertederos improvisados ocupaban la vía y las proximidades del hospital Moscoso Puello.
En el caso de Villa Mella, se observó a varios camiones del Ayuntamiento de Santo Domingo Norte retirar, desde temprano, los desperdicios en la avenida Hermanas Mirabal.
Vigilancia y asistencia vial
En varios lugares de la capital decenas de voluntarios de los cuerpos de protección civil y de la Policía Nacional permanecían apostados en puntos estratégicos.
Tal es el caso del puente Juan Carlos, en la autopista Las Américas, donde unidades de la Defensa Civil, Bomberos, Cruz Roja y Obras Públicas se encontraban prestos a ofrecer asistencia vial ante cualquier eventualidad.
Varios efectivos de la Policía también fueron vistos patrullando a lo largo de las avenidas 27 de Febrero, John F. Kennedy y Núñez de Cáceres.
Tras la primera parte de las celebraciones navideñas, muchos viajeros procedentes de pueblos del interior del país regresaron a la ciudad para reincoporarse a sus actividades habituales.
Algunos se trasladaron a la playa de Boca Chica
La ocasión también se prestó para que muchos capitaleños se trasladaran hacia la playa Boca Chica y otros balnearios a pasar el día.“Nosotros cogemos para acá todos los años después que amanecemos allá bailando y gozando”, afirmó Carlos Jiménez luego de beber un trago de una botella de ron mezclado con jugo de naranja.
Al lugar también acudieron familias enteras que llevaron sus almuerzos para compartir bajo el sol y la tranquilidad de la popular playa.
“Nosotros queríamos salir de la bulla de la ciudad y nada, preparamos nuestra comida con lo que sobró de ayer”, afirmó sonriente Ana Bautista junto a sus tres hijos y su esposo.
Vendedores se quejan de las bajas ventas
Al mediodía de ayer, la afluencia de bañistas era mínima, tanto que los vendedores de pescado frito y yaniqueques se quejaban de las bajas ventas. “Esto está flojo, la situación económica está difícil, usted ve que antes, a esta hora, estaba full. Si la gente no llega antes de las 3:00 de la tarde estamos feos”, afirmó el camarero Carlos Noel, quien sostuvo que la población está gastando menos que antes. “Nosotros le acomodamos los precios, un servicio de chillo cuesta de RD$250 en adelante, dependiendo del tipo de pescado y la cerveza jumbo, le cuesta RD$150”.