Una segunda autopsia practicada al cuerpo de la joven Keila de la Cruz, de 23 años, determinó que la mujer fue torturada, amarrada de pies y manos y violada con un palo en su vagina. Se cree fue asesinada a tiros por su ex pareja sentimental.
La primera versión policial establecía que De la Cruz había fallecido durante un accidente y su cuerpo dejado abandonado en el sector Rafey.
Los familiares de la joven, madre de dos niños, uno de tres años y otro de tres meses de nacido, acusan del crimen a su ex pareja, solo identificado como Billy, al parecer molesto porque ésta lo amenazaba con denunciarlo por sus presuntas fechorías.
La occisa residía en la calle 6 del sector Camboya, al norte de Santiago. Aunque se tenía previsto sepultar el cuerpo de inmediato por su avanzado estado de descomposición, los familiares decidieron abrir el féretro y comprobaron que presentaba heridas de bala y señales de agresión.