Pienso que cada persona podría escribir una obra con la recopilación de sus propias vivencias, experimentadas cada noche por su inconsciente, en el curso de su vida. Muchos, en el vulgo, y algunos psicoanalistas, siguen creyendo, como Freud, en el significado de los sueños, y buscan interpretarlos, esperando que les traigan mensajes y les guíen en su vida consciente. Las excitaciones, los miedos y las emociones del día pueden condicionar las reacciones nocturnas en el sueño.
Podemos tener sueños a color, y recordarlos si los reportamos inmediatamente al despertar, porque la memoria para el color se borra más rápidamente que el blanco y negro.
Durante el sueño el cerebro está tan activo como en la vigilia; pero las señales a la médula espinal están bloqueadas, por eso permanecemos inmóviles, y sólo se mantienen las funciones involuntarias controladas por el sistema nervioso autónomo, tales como los latidos cardíacos y la respiración. Qué locura sería si nuestro cuerpo pudiera obedecer todos los movimientos que nos inducen los sueños: peleas, carreras, competencias, viajes siderales, etc. En las bibliotecas, en las librerías y en las redes de la Internet podrán encontrar innumerables libros y trabajos sobre la interpretación de los sueños, lo que significan los objetos y los hechos que soñamos. Tengo en mis manos un libro: “Diccionario de los sueños”, desde la A hasta la Z, que explica lo que simboliza cada objeto y cada acción. Hay mucha gente que le da crédito a los sueños.