Devotos acuden a Higüey a festejar el Día de La Altagracia

Higüey. Rafael Rubio tiene una pierna hinchada. Dice que casi no puede soportar el dolor. Este hombre de 60 años no puede caminar sin la ayuda de una muleta.

Higüey. Rafael Rubio tiene una pierna hinchada. Dice que casi no puede soportar el dolor. Este hombre de 60 años no puede caminar sin la ayuda de una muleta. No trabaja y vive de la mano piadosa de quienes quieran regalarle algunos pesos.

Don Rafael viajó desde Santiago hasta Higüey para pedirle a la virgen de La Altagracia que le permita enfrentar su penosa realidad: estar prácticamente inválido por una rara enfermedad llamada elefantiasis.

Al lado de este hombre, otras personas sufren distintas dolencias. Están postrados en la entrada principal del santuario erigido a la madre protectora del pueblo dominicano, según las creencias religiosas infundadas por el catolicismo.

“Yo vengo a buscármela. No puedo hacer otra cosa que no sea eso”, admite Juan Reyes, un munícipe de Higüey que vive en el sector Los Cerros de esta ciudad, pero que dice ser “un ciudadano rodante”, por su inclinación de moverse de pueblo en pueblo, aunque antes de quedar a merced de una silla de ruedas desde donde ahora pide para comer.

Tradición

Es una creencia de la religiosidad popular dominicana pedirle a la virgen de La Altagracia por la sanación de alguna enfermedad, el mal de amor, de un malestar emocional o por “dolor de bolsillos”, que se expresa en la incapacidad de millares de dominicanos que no pueden siquiera suplir sus necesidades básicas.

Talvez por eso, ayer, desde tempranas horas de la mañana, cientos de personas comenzaban a copar el patio del amplio recinto donde se erige majestuosa la Basílica de Nuestra Señora de La Altagracia, patrona de Higüey, lugar de peregrinación y punto de apoyo económico para decenas de vendedores de comida, agua, chucherías, ron y cerveza, e incluso mujeres para diversión nocturna.

Afuera, bien cerca de la entrada principal al santuario, hay otros pedigüeños. Estos no tienen nada que le imposibilite caminar, hablar, escuchar o mirar perfectamente. Están en óptimas condiciones para trabajar. Pero no lo hacen, porque saben muy bien que el Día de La Altagracia celebrado en una provincia eminentemente turística, pues les deja mayores dividendos que algún empleo informal.

Esto así, porque la madre protectora de los dominicanos tiene el mismo valor espiritual para cientos de turistas que llegan hasta Higüey desde Europa, Estados Unidos y otros contornos del mundo, para pedirle cosas o agradecerle por haberle concedido otras.

Este grupo de gente que pide con la misma organización que quien trabaja honradamente, lo conforman haitianos y dominicanos, siendo los primeros el grupo que predomina en esta actividad y a vista como algo normal en estas celebraciones.

Escenario

Al fondo, se alcanza a ver el santuario.Adentro, peregrinos que llegaron de rodillas, a pie desde provincias lejanas, en burros y caballos, bicicletas, motores; en carros y jeep del año. Al lado, al frente y por todas partes, mujeres que dejan ver sus encantos a turistas extranjeros y locales, y bares abarrotados de “creyentes” que toman cerveza y ron para celebrar un año más de esta fiesta católica.

Pero la Policía Turística (Politur) de La Altagracia, comandada por el coronel Rafael Sosa, está presta para enfrentar cualquier situación fuera del orden preestablecido. Hasta agentes de inteligencia tienen apostados en lugares estratégicos.

La Cruz Roja juega igualmente su papel. Tienen dos ambulancias, una dentro del recinto y otra afuera. Pero todo marcha entre borrachos, pedidores y devotos que se toman bien en serio este día.

Coronación

Nuestra Señora de la Altagracia ha sido coronada dos veces por las máximas autoridades de la Iglesia Católica, el Papa Pío XI y Juan Pablo II.

Su primera coronación fue el 15 de agosto de 1922, cuando el pontífice Papa Pío XI se encontraba en el país, y desde el Baluarte 27 de Febrero, hoy Puerta del Conde, La Altagracia fue canónicamente coronada bajo el título de Nuestra Señora de La Altagracia.

Durante la primera visita del Papa Juan Pablo II, el 25 de enero de 1979, este bendijo el Santuario de La Altagracia, hoy Basílica de Nuestra Señora de La Altagracia y el 12 de octubre de 1992, en su segunda visita al país, el Papa Juan Pablo II coronó personalmente a la imagen de La Altagracia con una diadema de plata sobredorada.

Los historiadores tienen varias versiones de la historia y origen de La Altagracia en el país, también de su imagen, de la cual se cree que el lienzo del cuadro de La Altagracia es una obra primitiva, y que pudo ser realizada en la Escuela Española de Arte, y que según los expertos fue pintada a finales del Siglo XV o a principios del Siglo XVI, pero no hay documento que lo pruebe.

La Policía informa apoyo a operativo del COE

La Policía Nacional se sumó ayer al operativo diseñado por el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), en ocasión del Día de La Altagracia. La institución anunció el reforzamiento de las actividades preventivas y de vigilancia en todo el territorio nacional, en especial en Higüey. Además, dispuso aumentar las patrullas de vigilancia en las principales vías comerciales.

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas