Isa Conde, una vida consagrada a las ideas socialistas

Una vida difícil por las implicaciones del ejercicio político, un accionar comprometido con el reclamo de justicia social y una consagración inquebrantable a las ideas socialistas confluyen en Narciso Isa Conde.

Una vida difícil por las implicaciones del ejercicio político, un accionar comprometido con el reclamo de justicia social y una consagración inquebrantable a las ideas socialistas confluyen en Narciso Isa Conde.

Picado por las inquietudes políticas desde los años de la tiranía trujillista, Isa Conde persiste, a sus 69 años, en promover el socialismo, esta vez encarnado en la figura de Francisco Alberto Caamaño Deñó.

Como foro de difusión y discusión de su manera de ver las cosas, mantiene en el aire el programa televisado Tiro al Blanco, título fiel a la verticalidad de sus planteamientos.

Desde su renuncia de Fuerza de la Revolución, coordina los Círculos Caamañistas que analizan la problemática nacional y la internacional, desde una visión de izquierda, con el referente de aquellos días de lucha por la constitucionalidad pero sin desconexión con los cambios que traen los tiempos.

“Lo cierto es que los contenidos de esa gesta violada por tropas extranjeras precisan ser asumidos, potenciados y enriquecidos para darles continuidad y hacerla crecer en calidad y cantidad en el contexto de esa profunda y prolongada crisis nacional”, plantea en la tercera edición de su ensayo “Para que abril tenga futuro”, publicada en 2009.

Abraza la causa

Su inclinación por la política está ligada a varios episodios que enrumbaron su vida, como la mudanza de dos de las hermanas Mirabal –luchadoras antitrujillistas- a la pensión que tenía en Santo Domingo doña Mercedes Conde, madre del futuro dirigente comunista. Entonces él tenía apenas 10 años.

Más adulto, su identificación con las causas socialistas se debió mucho al impacto que le causó la lectura del libro «La Madre», de Gorki, y de Esclavitud Moderna, de Leon Tolstoi.

Otra gran experiencia que lo marcó fue la de sus estudios de medicina, los que interrumpió por las persecuciones políticas que lo conminaron al exilio. En varias entrevistas ha revelado que las prácticas en hospital Padre Billini le permitieron comprobar la miseria que golpeaba al pueblo dominicano.

“Me impactaba mucho la realidad que viví en el hospital. Ver a gente pobre quejarse por las recetas; ver el desastre que consistían los servicios médicos. Pensé entonces que nada hacía con ser un médico simplemente”, dijo al Nuevo Diario en una entrevista en 1982.

“Ese fue un factor que me inclinó mucho a la lucha política», había confesado cuatro años atrás al diario La Noticia.

Carrera política

En 1963, cuando Isa Conde cursaba el quinto año de Medicina, abandonó los estudios y las prácticas en los hospitales para enrolarse en las luchas por la reposición del gobierno constitucional del presidente Juan Bosch y contra las políticas del gobierno del Triunvirato.

Ya incursionaba en la política desde el derrocamiento, en el 1961, del tirano Rafael Leonidas Truijillo, con su incorporación al movimiento estudiantil Fragua y su vinculación con el Movimiento 14 de Junio, que hacía honor a la intervención conspirativa de 1979.

La entrega total a la causa lo llevaron a la clandestinidad como respuesta a la represión y a la persecución del régimen. Luego se produjo su partida hacia el exilio, ya con Joaquín Balaguer en el poder.

En Europa Isa Conde refuerza sus ideas y conocimientos del marxismo y fortalece sus relaciones con el bloque socialista, hasta que, 1973, regresa al país.

Se  suma al Partido Socialista Popular, en el que participó a través de la célula estudiantil en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; en 1964 asciende al Comité del Distrito Nacional y luego al Comité Central. El PSP pasa a llamarse Partido Comunista Dominicano en 1965, justo en plena agitación por las luchas constitucionalistas de 1965. Al año siguiente, Isa Conde queda designado secretario general de la organización política.

Fue en 1970 cuando salió del país, para evadir la persecución del régimen de los 12 años de Joaquín Balaguer (1966-78). Regresó en 1973 y se mantuvo en la clandestinidad hasta dos años después, cuando el periodista Orlando Martínez cayó bajo fuego de militares y policías durante el gobierno balaguerista.

Isa Conde se mantuvo exigiendo justicia por Martínez y su persistencia impidió la prescripción del crimen hasta producirse una condena en el presente siglo. Sin embargo, en 1975 tuvo que retornar al exilio, aunque esta vez sólo por varios meses.

En los nuevos tiempos

En 1978 el PCD se convirtió en el primer partido comunista en participar en unas elecciones generales en el país y su candidato presidencial fue Narciso Isa Conde. Cuatro años más tarde, ya con Balaguer fuera del poder,  volvió a aspirar a dirigir el Poder Ejecutivo. Entonces, con 35 años, era el aspirante más joven de la contienda.

Llegaban otros tiempos. Ya la promoción de los ideales socialistas no recibía el trato de sinónimo de terrorismo e ilegalidad. Sin embargo, en 1980 el joven dirigente político vivió 96 horas de encierro en el Palacio de la Policía Nacional, igual que otros izquierdistas, acusado de estar detrás de una huelga choferil. «Fueron varios días en un horno. Estaba permanentemente en una especie de baño sauna», declaró a la prensa.

Aunque los tiempos de la persecución, la clandestinidad, el exilio y la represión fueron alejándose, la izquierda no alcanzaba la vigencia ni el crecimiento para conquistar espacios políticos mediante los procesos electorales, tema que mantenía a Isa Conde ocupado en propuestas y debates sobre las fortalezas y debilidades de esta línea de pensamiento.

En la actualidad, plantea la necesidad de una decantación de los grupos de izquierda vigentes para un posterior agrupamiento sin alianzas con el capitalismo y sus acciones neoliberales, en pos de «conformar una nueva izquierda, a tono con los nuevos procesos al interior de la sociedad dominicana, continental y mundial».

Esta tarea, advierte en un artículo reciente, «es tan difícil como trascendente. Y, sobretodo, imperiosa e imprescindible».

Con Isa Conde a la cabeza, nació el partido Fuerza de la Revolución, de la fusión del PCD, el Movimiento Liberador 12 de Enero (ML-12), la Fuerza de Resistencia y Liberación Popular (FRLP) y la Fuerza Revolucionaria 21 de Julio (FR-21).

Pero él renuncia en 2006, por desacuerdo con el resto de la dirección nacional, a la que acusa, entre otras cosas, de ofrecer un trato desigual a las mujeres en la democracia interna.

Su vida

Isa Conde es hijo de Aris Isa, descendiente de inmigrantes libaneses, y de Mercedes Conde. Vino al mundo el 28 de noviembre de 1942 en San Francisco de Macorís pero el oficio de promotor de casas comerciales de su padre llevó a la familia a vivir también en Puerto Plata y Salcedo, hasta terminar mudada en Santo Domingo.

El dirigente comunista tiene como esposa a Lourdes Contreras, activista por los derechos de la mujer y la equidad de género y con quien procreó tres hijos: Pavel, Narciso y Ricardo.

Desde sus Círculos Caamañistas y desde la tribuna de Tiro al Blanco, Narciso Isa Conde sigue promoviendo las ideas socialistas y apostando al desplazamiento de los partidos tradicionales y capitalistas que dominan la escena política desde el golpe de Estado a Juan Bosch.

«Sólo pienso en dedicar toda mi capacidad de trabajo para lograr la aplicación de un conjunto de ideas con definida vocación de poder. No es el resultado de un puro deseo personal.  Está la convicción de que esta realidad debe ser modificada», profesa.

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