#132, esperanza de la izquierda

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), de México, gobernó esa nación por cerca de 71 años hasta que en el 2000,…

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), de México, gobernó esa nación por cerca de 71 años hasta que en el 2000, la elección de Vicente Fox, del Partido Acción Nacional (PAN), puso fin a ese “reinado”, logrando además que su sucesor, Felipe Calderón, actual presidente, perteneciese también al mismo partido.

El primero de julio se celebrarán en México elecciones presidenciales y el candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, encarna la posibilidad de que este partido, que gobernó por siete décadas los Estados Unidos Mexicanos, vuelva a asumir el poder.

Mientras escribo estas reflexiones tengo abierto, en otra pestaña del display, un cuadro estadístico de nueve firmas encuestadoras que, hasta abril, colocan a Peña Nieto como puntero en las preferencias del electorado, todas por encima de un 40% de favor público; paralela a esta, tengo otra que me ofrece otra panorámica distinta y que muestra los resultados de un sondeo nacional hasta el 20 de mayo, o sea hasta hace cinco días.

Sorprendentemente, en esta nueva encuesta los números son deprimentes en lo que tiene que ver con la candidatura de Peña Nieto, los cuales han descendido, después de preguntarle a la gente  ¿quién sería mejor Presidente de México? y ¿a quién prefieres personalmente, a un 28%. De la misma manera, en lo que tiene que ver con las preferencias de los electores por tema, Peña Nieto solo supera a Josefina Vázquez Mota (PAN) y a Manuel López Obrador (PRD) en el tema de “Salud” y para su desgracia, además, en el renglón correspondiente a la pregunta: ¿Quién es más corrupto? con un 62%.
Debo decir que, algunas encuestas lo colocan como puntero aún, sin embargo a las que me referí antes son las mismas que le otorgaban el porcentaje por encima de los 40 hasta hace un mes y algo.

Pero, ¿a qué se debe esa caída estrepitosa en la preferencia electoral?
Veamos. Luego del debate entre los candidatos, que se produjo a principios de mayo, la simpatía hacia Peña Nieto comenzó a reducirse al no lograr éste establecer supremacía retórica frente a los demás candidatos y tan solo dedicarse, unos y otros, a restregarse asuntos de pasada corrupción en sus respectivas incumbencias tanto en el Distrito Federal como en el Congreso, en el caso de Vázquez Mota. Aun así, Peña Nieto continuaba estando por encima de los demás en la preferencia electoral.

Sin embargo, lo que estaría causando este importante deterioro en su popularidad se debe básicamente a un movimiento social impulsado por los jóvenes y surgido a partir de su visita a la Universidad Iberoamericana de México, en donde, los estudiantes universitarios le recibieron con abucheos y consignas en contra de su desempeño como exgobernador del Estado Federal y de sus pretensiones por alcanzar la presidencia.

Este movimiento, denominado “Yo soy #132”, aún no logra homologar sus consignas ni sus reclamos, sin embargo es notorio el hecho de que surgió como contención mediática en contra de argumentos de Peña Nieto y paradójicamente coinciden con el planteamiento del candidato de la izquierda, López Obrador, cuando dicen “…exigimos competencia real en el mercado de medios de comunicación, en particular a lo referente al duopolio televisivo.” Sobre este tema, López Obrador ha acusado a Peña Nieto de manipular algunos medios en base a inversión desmedida de recursos a cambio de parcialización y difusión manipulada e interesada de sus actividades en la campaña.

Recordemos que López Obrador es aquel candidato cuya diferencia de votos con el actual presidente Felipe Calderón fue de tan solo 0.64% en las elecciones del año 2006.

Falta el último debate que habrá de producirse el 10 de junio y muchas cosas pueden pasar hasta el día de las elecciones. Sin embargo, si los números de Peña Nieto siguen bajando, si se expande este movimiento juvenil con propuestas bien homologadas y estructuradas sobre la base de exigencias legítimas de cambio del status quo, de hastío frente a la delincuencia, narcotráfico, descomposición social y muchas otras cosas que los tradicionales partidos del PRI y del PAN no han podido resolver en décadas, la esperanza de López Obrador y de la izquierda, puede pasar de quimera a realidad, pues la otra candidata, Vázquez Mota, va también en picada.

Este proceso podría dar vigencia a lo que  decía un antiguo y conocido caudillo dominicano: “el que está en tercera base hasta con un toquecito anota”.

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