Casos criminales sin respuesta policial

El archivo de casos pendientes de la Policía crece más cada día, muy al margen de los informes de los crímenes y delitos resueltos difundidos por esa institución.

El archivo de casos pendientes de la Policía crece más cada día, muy al margen de los informes de los crímenes y delitos resueltos difundidos por esa institución.El caso más reciente, dentro de la categoría de no esclarecidos, es la del teniente coronel Pedro de la Cruz de la Cruz, de la unidad Antinarcóticos del cuerpo del orden.

Este oficial recibió un tiro en la cabeza, el 28 de diciembre del año pasado. De su muerte fueron culpados Reinaldo Antonio Estévez Ramírez (Rey), quien se entregó y se le impuso una coerción de un año de prisión preventiva, y Ángelo Jeancarlo de León (Cacón), ubicado y ultimado por la Policía, en un supuesto intercambio de disparos que nunca se pudo probar.

De la muerte de De la Cruz se cuestionó que el jefe de la Policía haya dicho que  no le interesaba que Cacón se entregara. También que supuestamente lo atraparan vivo y luego lo mataron. Esto último no se pudo comprobar.

Otra investigación que no quedó clara del todo fue la muerte a tiros del segundo teniente Daniel Orlando Peña. Fue asesinado a tiros el 9 de mayo del pasado año, en el exclusivo sector Naco, en el Distrito Nacional. Era hijo del coronel Alexis Peña Mancebo, exdirector de la Policía de Turismo (Politur) y quien, en ese entonces, se desempeñaba como jefe de seguridad del Banco Central.

La primera información sobre la muerte del oficial, de 25 años, indicaba que fue asesinado alrededor de las 10:00 de la noche en la calle Fantino Falco, en el ensanche Naco, por desconocidos que le dispararon en la cara. Su cadáver yacía sobre el asiento del chofer de su vehículo, un carro Honda Accord, color blanco.

Supuestamente esperaba a su novia, que vive en la zona donde lo mataron, cuando un vehículo y una motocicleta se detuvieron y la emprendieron a tiros en su contra.

Dos muertes extrañas

El 16 de febrero del 2011, los cadáveres de dos abogados amigos y socios aparecieron en los kilómetros 11 y 13 de la autopista Duarte. Fausto Morel Matos, de 42 años, y René Antonio Vegazo, de 41, murieron en circunstancias que la Policía nunca informó los detalles. Fueron dos muertes poco comunes, porque en sus cuerpos no se encontraron signos de violencia.

La autopsia determinó que ambos murieron por infartos cardíacos, por lo que se dispuso realizarles un análisis de cromatografía líquida en Puerto Rico, para determinar si fueron provocados por la ingesta de alguna sustancia específica.

De ese informe no se dijo más, a pesar de que hace más de un año que las muestras se enviaron a la vecina isla. La versión de paro cardíaco como causa de muerte fue poco creíble por familiares y sectores que siguieron de cerca estas muertes, porque los cuerpos tenían las mismas características, a pesar de ser descubiertos en lugares distintos.

No hubo apresados y las investigaciones se consumieron en la típica muletilla “estamos investigando” y “no podemos avanzar datos para no contaminar las investigaciones”.

Casi dos años después se ignora si en las muertes de Fausto y René intervinieron manos criminales o si realmente fueron de forma natural.

Hay asesinatos que son misterios para la Policía

Otro caso pendiente de solución es el asesinato de Bronni Vargas Hernández, cuyo cadáver fue encontrado la noche del domingo 9 de septiembre en la avenida Las Américas, próximo al hospital Darío Contreras, Santo Domingo Este. El cuerpo sin  vida de Vargas Hernández fue encontrado con herida de bala en el tórax, ocasionada por desconocidos, quienes hasta el momento no han sido identificados por las autoridades.

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