Competir es la clave

El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, informó el sorprendente desempeño de la economía en el trimestre julio-septiembre, con un crecimiento de 5.5%. Los principales causales  de ese salto son la agropecuaria, con 8.3%, y la construcc

El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, informó el sorprendente desempeño de la economía en el trimestre julio-septiembre, con un crecimiento de 5.5%. Los principales causales  de ese salto son la agropecuaria, con 8.3%, y la construcción, con 8.6%.

Probablemente ese comportamiento se explica en la política del gobierno en la agropecuaria y en el programa de impulso a las infraestructuras escolares. Hay que ver las horas no laborales que el presidente Danilo Medina ha dispuesto visitando proyectos agropecuarios.

Según el ministro de Agricultura,  el gobierno ha inyectado más de 5 mil 500 millones de pesos a la agropecuaria y el Banco Agrícola 6 mil 612 millones en los primeros seis meses, a tasas preferenciales.

En el acto de reconocimiento a productores, la Asociación Nacional de Hacendados y Agricultores reconoció esos aportes del sector público, pero denunció la persistencia de políticas que a su juicio lesionan la producción nacional y especialmente advirtió sobre la “amenaza” del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica, suscrito hace siete años. Prevé, cuando empiecen a entrar nuevas gamas de productos, un efecto “devastador” en la producción agropecuaria, y de inmediato pidió aplazar la desgravación de los mismos, hasta que se “capaciten” los productores nacionales para hacerlos más competitivos.

Pero la agricultura se encuentra en un buen momento. El crecimiento que experimenta en este año es alentador. El DR-Cafta es una realidad y en vez de continuar con la plañidera, hay que trabajar dentro de estándares del mercado internacional.

El mercado es uno solo, al margen de la impostergable vigencia del Tratado. El país tiene sus ventajas comparativas. Lo que no podemos es pretender competir en renglones en los cuales por factores climáticos, de suelos e incluso, tecnológicos y económicos, estamos imposibilitados de ser tan eficientes como nuestros competidores.

Si en determinados renglones algunos productores resultan perdedores, eso se equilibra con las ventajas que obtendrían los consumidores. En cualquier caso, el mercado iría marcando las tendencias como para saber qué producir. Ya está bueno de aranceles y proteccionismos  que distorsionan la libre concurrencia.
Competir es la clave.

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