Para la mayoría de las personas un abrazo representa apoyo, felicidad, cercanía y una forma de expresar lo que sentimos hacia los demás; sin embargo, los beneficios de los abrazos son más extensos, porque impactan directamente sobre la salud.
Abrazar a una persona genera una gran cantidad de estímulos al cuerpo, los cuales benefician al organismo tanto física como emocionalmente. Diversos estudios han demostrado que un abrazo de 20 segundos eleva los niveles de oxitocina, también conocida coloquialmente como la hormona del “acurrucamiento”. Esta hormona se libera en el cuerpo cuando nos sentimos cómodos y conectados, y le dice al cerebro “todo va bien”.
Incluso, las investigaciones demuestran que después de un abrazo de 20 segundos de duración con la persona que quieres, se puede conseguir una disminución de los niveles de presión sanguínea, tasa cardíaca y los niveles de cortisol. Así, un abrazo puede aliviar el dolor, la depresión, la ansiedad y la tensión; acrecienta en los enfermos la voluntad de vivir y seguir adelante; ayuda a los bebés prematuros (que se vieron privados de contacto en sus incubadoras), a crecer y a fortalecerse; hace que veamos con mejores ojos nuestra propia persona y el entorno que nos rodea.
Los expertos sostienen que el abrazo tiene un efecto positivo en el desarrollo del lenguaje y en el coeficiente intelectual de los niños y mantiene en buen estado los músculos de brazos y hombros, ya que es un ejercicio de flexión y de estiramiento.
En muchos hospitales y clínicas, médicos y enfermeras han cambiado sus políticas un tanto frías en torno a los pacientes. Hoy en día en Estados Unidos se ha implementado el llamado ‘tacto terapéutico’, que no es otra cosa que tocar, lo que se pueda, a los enfermos; incluso abrazarlos. Los resultados de esta terapia se han visto en las “de altas” que firman a diario.
La psicóloga Olga María Renville explica que una de las expresiones de afecto más significativas y estimulantes del ser humano es el abrazo.
A través del contacto físico, no solamente se estimulan los sistemas muscular, circulatorio y neurológico, también es una manera de comunicar nuestros afectos y en ocasiones podría aliviar el malestar provocado por situaciones desagradables. “La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y el mismo es estimulado a través del abrazo logrando efectos terapéuticos en la reducción del dolor, la ansiedad, los miedos y la depresión”, comenta.
“Existen diferentes intenciones en el abrazo, sin embargo lo más importante es procurar que sea sincero para así lograr transmitir el afecto de manera eficiente. Hay que recordar que el afecto en todas las etapas de la vida constituye parte importante de la nutrición y el proceso de crecimiento del ser humano, fortaleciendo sus neuronas y sus músculos y ayudando a lograr armonía en las emociones”, dice Renville.
Para Ramón Alfonso Reyes Mora, diácono de la Iglesia Universal y director del Centro Educativo El Buen Pastor, el abrazo ha sido estudiado desde diferentes realidades del saber humano, tanto a nivel científico como religioso y filosófico y se ha comprobado que produce en las personas sustancias químicas que ayudan incluso a liberar el estrés, a combatir el envejecimiento y hacer sentir a la persona más cercana con el otro. Dice que el abrazo es tan importante que forma parte de la Eucaristía en el momento que se da la paz, que rompe barreras entre las personas y nos ayuda a reafirmar más en lo que creemos. Transmite calor, la gracia del Espíritu Santo y energía positiva”, comenta el religioso.
Una campaña que estimula a abrazar
“Abrazos gGratis”, es una campaña que promociona paz entre las personas, con dos objetivos básicos: dar afecto a través de los abrazos a aquellas personas que no tienen alguien que le muestre cariño; e incentivar a la población para que, entre los mismos individuos , se abracen en procura de lograr mejores relaciones interpersonales. Esta iniciativa nació en Australia, en el año 2004, cuando Juan Mann se sintió falto de cariño y tuvo la idea de ofrecer sus abrazos de manera gratuita en las calles, parques y demás lugares públicos. La propuesta ha recorrido el mundo y se ha convertido en un movimiento que promueve la cultura de paz entre los seres humanos.
En República Dominicana, “Abrazos Gratis” tiene su sede en la ciudad de Santiago de los Caballeros y su coordinadora es Yarissa Rodríguez, quien para la primera jornada de abrazos el 9 de octubre del 2011 reunió a más de 60 jóvenes, principalmente estudiantes universitarios, quienes repartieron más de 25 mil abrazos.
Las vivencias que han tenido los jóvenes del colectivo Abrazos Gratis en cada jornada son realmente conmovedoras. Se encuentran con personas que dicen nunca habían recibido un apretón ni siquiera de sus familiares. “Algunas personas no se nos quieren despegar, porque dicen que estaban falta de cariño y afecto, otras incluso se les salen las lágrimas. Son muchas las emociones que podemos sacar de adentro tan sólo con un abrazo, que contrario a otras cosas en la vida, no cuesta un solo centavo, es gratis”, comenta Rodríguez.
En la actualidad, además de repartir abrazos en las calles y parques, los abrazadores de Santiago, como son conocidos por la gente, también han promovido la actividad en las escuelas y colegios, e instituciones como el Patronato Jesús Con Los Niños, del hospital infantil Doctor Arturo Grullón, en especial a los niños que padecen enfermedades crónicas o terminales.
