Son lambones

A ojos-vistas, Gonzalo Castillo está haciendo su trabajo como ministro de Obras Públicas, y muchos le reconocen como un buen gerente. Pero tanto en la promoción para llevarlo al poderoso Comité Político del PLD como en la que ahora lo propone…

A ojos-vistas, Gonzalo Castillo está haciendo su trabajo como ministro de Obras Públicas, y muchos le reconocen como un buen gerente. Pero tanto en la promoción para llevarlo al poderoso Comité Político del PLD como en la que ahora lo propone como eventual candidato presidencial, hay un gran componente de lambonismo. En realidad, Gonzalo es buen funcionario y me cuentan que es amigo de los amigos, y hace muy bien en advertir que no está en procura de candidaturas, ya que todo lo bueno que pueda estar haciendo desde la posición que ocupa se podría ir por la borda si la percepción hace sospechar que se trata de poses para buscar ascensos políticos. De manera, que el ministro que siga en lo suyo, los lambones y pica-pica que quieren agradarlo o buscan insuflarle aspiraciones que talvez él no abriga que busquen otro(s) método(s). Así es que hay quienes “dañan” a buenos funcionarios…

Tiempos pasados

V iven en épocas que hace mucho, pero mucho que pasaron, los que se definen como integrantes de un grupo clandestino que acaba de responsabilizarse del ataque a tiros con armas de guerra al edificio del ayuntamiento de San Francisco de Macorís dizque para que se haga justicia contra el alcalde Félix Rodríguez, señalado como autor de un desfalco pero que hasta que un tribunal no lo condene hay que considerarlo inocente. Un alegado “comandante” de ese grupo llegó a la osadía y temeridad de enviar un documento a los medios de prensa señalando que si el alcalde no renuncia en el plazo de 15 días será considerado “objetivo militar”, con lo que acusan un nivel de truculencia intolerable en un sistema democrático y de separación de poderes, donde la sociedad tiene en los tribunales los instrumentos que deben ser idóneos para castigar la comisión de hechos delictivos comprobables y comprobados. Está bien que mentalmente haya quienes vivan aún en la Guerra Fría, pero que se queden con sus mentes trasnochadas y no procuren alterar la tranquilidad de la sociedad. ¡Nooo, nooo y nooo..!

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