Cuando los abuelos se encargan de la crianza de sus nietos

Producto de las profundas transformaciones que hoy vivimos en la sociedad, la familia ha sido tocada en sus raíces, en su estructura y composición, en sus hábitos, en sus tradiciones y valores. Al respecto, la familia dominicana no ha sido una…

Producto de las profundas transformaciones que hoy vivimos en la sociedad, la familia ha sido tocada en sus raíces, en su estructura y composición, en sus hábitos, en sus tradiciones y valores. Al respecto, la familia dominicana no ha sido una excepción.

Las necesidades económicas, el auge de la mujer como ente participativo y productivo, la cada vez mayor dificultad de encontrar el soporte doméstico, entre otros factores, han hecho que los abuelos asuman una presencia más sentida y destacada en la educación de los hijos.

Otros aspectos como la migración de los padres, la violencia familiar, los embarazos precoces, accidentes…, generan situaciones que conducen a que los abuelos se ocupen de la crianza y educación de sus nietos.

Así lo explica la psicóloga Josie del Toro de Pérez, y en este sentido dice que cualquier ausencia de los padres implica un duelo en los hijos, inclusive en los abuelos.

“Hay un sentimiento de dolor, de frustración, de impotencia que va a estar presente independientemente de la causa que provoque la ausencia, lo que genera sentimientos que hay que saber manejar y por eso se recomienda la intervención de un profesional de la conducta”, dice.

“En primera instancia, independientemente de la causa que provoque la ausencia de los padres y en el grado que esté afectando esta pérdida, se debe acudir a una ayuda profesional o un grupo. Lamentablemente en nuestro país no existen comunidades que trabajen este tema, porque es un caso que se está dando con bastante frecuencia, el hecho de que los hijos sean criados por los abuelos”, indica.

Hay abuelos que se resisten a hacerse cargo de la crianza de los hijos porque es una responsabilidad grande y ellos están cansados, “no se tiene la misma fortaleza, el mismo ímpetu, uno tiene ya planeado otros proyectos para finalizar su vida y, definitivamente, eso te interrumpe”.

Tal vez lo hace por presión social o familiar, por responsabilidad, pero, definitivamente, no es lo que se quiere hacer.

Considera que los nietos no son para criarlos los abuelos, porque “los abuelos están para mimar, aunque hay que saber manejar la sobreprotección y los mimos para no ayudar a criar un niño inmanejable o malcriado. Eso no.

En ese sentido los abuelos debemos contribuir y asumir los patrones de conducta que tienen los padres para ir en sintonía con el manejo de los padres en la educación del niño. De lo contrario, se crea un conflicto de autoridad a los niños. Debe seguirse la misma norma de educación en los diferentes ambientes que se mueve el niño.

Ni mucha rigidez ni un nivel de flexibilidad grande, porque cuando no hay una línea de autoridad se genera una mala conducta que se repetirá en la escuela también”, explica la psicóloga.

El escenario descrito no va a favor del niño ni de su salud mental ni de una crianza integral con valores porque “cuando hay influencia de mucha gente dando diferentes patrones de conducta el niño se dispersa porque no sabe a qué atenerse y eso se reflejará en la conducta escolar y en cualquier tipo de conducta social”, dice Del Toro.

Lo abuelos sólo deben ser ejemplo de crianza
El abuelo, como figura importante en la familia, tiene un rol vinculante, es valioso e importante, pero en modo alguno le corresponde la responsabilidad y el reto de criar sus nietos. Su tarea es la de acompañar y ayudar. Jamás de suplir.

“Son la fuente de donde se deriva la experiencia y el seguimiento en los patrones de crianza, las costumbres y valores familiares, el afecto, calidez y respeto en esas relaciones y también constituyen una fuente solidaria de apoyo para este grupo”, subraya la experta.

Dice que cada vez es más demandante y demandado el rol del abuelo, “producto de las nuevas circunstancias, se conducen a asumir funciones que no les corresponden al actuar como padres de sus nietos y ello no es más que una sensible distorsión”.

Ahora bien, “cuando un abuelo se ve compelido a asumir el rol de padres, por enfrentar estos una situación especial e impensada, necesitan manejar un gran número de sentimientos y circunstancias, entre ellas el dolor o la frustración que le provoca la situación del hijo, casos que pueden obedecer a causas muy distintas. Por ello, sería deseable buscarse el apoyo profesional y de grupos comunitarios y fundamentalmente el soporte del grupo familiar propio o del cónyuge del hijo”, reitera Del Toro.

En el rol de sustituto, debe tratar de estar consciente que podría tener que lidiar con niños especiales, vulnerables emocionalmente, por su propia situación, tratando al máximo de evitar sobreprotección o excesiva tolerancia en su manejo.

El abuelo –continúa- suele acometer este nuevo rol, en la mayoría de casos, impulsado por un profundo sentido de compromiso y responsabilidad familiar y social, muy a pesar del reto , los múltiples desafíos personales y los temores que ello puede generarle en aspectos como el de su salud, propio desgaste físico, su economía, situaciones legales o sociales , entre otros. “Muy probablemente le sea difícil encontrar energía , ese tiempo no previsto, si aun está activo laboralmente, por ejemplo, y garantizar un buen cuidado a su salud para poder mantener su presencia y calidad de vida”, enfatiza la experta en conducta humana.

A pesar de la enorme responsabilidad que esto supone, debe propiciar una adecuada comunicación con sus nietos. Tratar de conciliar diferencias con una actitud de apertura, manteniendo normas y límites claros y congruentes de manejo, particularmente con los rebeldes adolescentes, ayudado por su experiencia y vivencias obtenidas en la crianza de sus propios hijos.

Considera también útil tratar de compartir con el nieto la enseñanza de “habilidades especiales, deportes, hábitos culturales o religiosos, de esas que crean complicidad, respeto y renovación continua del afecto”.
Todo ello puede revertirse en una sana manera de hallar fuente de energías para sí mismo. Renovando su energía y deseos de permanecer. l

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