Fracasan más de 20 proyectos para sanear el río Ozama

Distintos gobiernos con asesoría de franceses, italianos y griegos han prometido sin éxito rescatar de la inmundicia al río Ozama.

Distintos gobiernos con asesoría de franceses, italianos y griegos han prometido sin éxito rescatar de la inmundicia al río Ozama. Más de una veintena de proyectos con inversiones millonarias han naufragado en los últimos cincuenta años, mientras el problema de contaminación del afluente se agudiza y el hacinamiento en sus márgenes aumenta vertiginosamente.

Sólo en este año se han anunciado cuatro proyectos de saneamiento. El más reciente fue divulgado a mediados de abril por el Grupo Sans Soucí Holdings, que a través de la Coalición Río, se ha embarcado en la tarea, de la mano del premio Nobel de la Paz, Mohan Munasinghe, quien dice tener la receta para lograr el desarrollo, saneamiento y rehabilitación del río en un periodo de diez años.

Días después del anuncio, el Senado de la República aprobaba un contrato para la ejecución del proyecto denominado “Llave en Mano”, que prevé la construcción de una estación de depuración de aguas residuales del río Ozama, por un monto de 55.7 millones de euros, a cargo de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD).

Posteriormente, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales informó de un proyecto para la preservación de la cuenca alta del acuífero, que nace en la loma Siete Cabezas, en la Sierra de Yamasá.

El referido proyecto de “Restauración y Manejo Integral de las Cuencas Altas de los ríos Ozama y Haina” se inició en 2011 para ser ejecutado en un periodo de tres años, con una inversión de RD$21,331,485.30 y tiene como propósito “garantizar el suministro de agua de buena calidad a las bocatomas de los sistemas de agua potable para la ciudad, iniciando con la descontaminación y protección de tres fuentes en el río Haina (Duey, Isa-Mana y Manoguayabo) y dos en el Ozama (La Isabela y Yabacao)”.

Igual de reciente, es el anuncio del embajador norteamericano en el país, James Brewster, quien prometió a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID), destinar un fondo de US$600,000 para asistir técnicamente al país sobre los impactos del cambio climático en los sistemas de alcantarillado sanitario en la Tercera Circunscripción del Distrito Nacional, donde se encuentra el Ozama.

Una mirada al pasado

Al retroceder en el tiempo, gracias a los registros de prensa de la Central de Datos OGM, de Multimedios del Caribe, se evidencia que los primeros intentos para detener la degradación del río, se remontan al 1959, cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo, ordenó a través del Ayuntamiento del Distrito Nacional el desalojo y reubicación de los barrios La Ciénaga, Guachupita y Los Guandules.

Sin embargo, las ocupaciones no se detuvieron, como tampoco las industrias, que continuaron, como ahora, vertiendo desechos contaminantes, causando la preocupación de ambientalistas e instituciones no gubernamentales.

Esta situación motivó a que en los 80´s expertos advirtieran que de no tomar medidas urgentes, en poco tiempo, las aguas del Ozama serían más pestilentes, más saladas y más contaminadas.

La acción estatal se vio una década después, luego que el gobierno de Joaquín Balaguer anunciara que una misión de la compañía francesa ingeniero Phillippe Carter, financiaría los estudios para evaluar la contaminación del río y así, contribuir a la solución de la problemática.

Dos años después, la Comisión Nacional de Saneamiento Ecológico del Gobierno, informó que invertiría RD$200 millones en la remodelación del contorno del río Ozama que abarcaba la construcción de la avenida de La Marina.

Ese mismo año, se anunció la ejecución del Plan Maestro de Saneamiento del río Ozama, elaborado por la compañía francesa Sogreah, con una inversión de US$100 millones por parte del gobierno y el sector privado.

Dicho plan, contemplaba construir cinco plantas de tratamiento de aguas residuales en La Zurza, Simón Bolívar, Guachupita, Los Mina y la Ciudad Colonial.

El ingeniero César Tobías Rosario, de la Comisión Nacional de Saneamiento Ecológica, dijo en aquel momento, que sólo la construcción de la planta de La Zurza, conllevaba una inversión oficial de RD$100 millones. Mientras que el saneamiento total, tanto del Ozama como del río Isabela, requería una inversión de RD$1,500 millones.

Ya en el 1998, durante el primer mandato del ex presidente Leonel Fernández, se anunció otro gran proyecto con una inversión de RD$5,000 millones, denominado Rescate Social Urbano y Ecológico de los Barrios Marginados de Santo Domingo (Resure), el cual había sido concebido durante el Gobierno de Balaguer, mediante el Decreto No.76-94 del 29 de marzo de 1994. Según el urbanista Erick Dorrejo, fue uno de los proyectos más vinculados al río Ozama.

La primera etapa comprendía el de-salojo y reubicación, hacia San Luis, de unas tres mil familias de los barrios La Ciénaga y Los Guandules, así como la construcción de una avenida en la ribera occidental, con una inversión estimada en US$200 millones.

Asimismo, contemplaba la construcción de edificios desde el puente Juan Bosch hasta el Francisco del Rosario Sánchez y un parque.

Más estudios y proyectos

Luego de otro estudio sobre las condiciones del río realizado en el año 2000, la Autoridad Portuaria Dominicana (APD) informó que sanear el Ozama costaría alrededor de US$350 millones.

En abril de ese mismo año, la institución anunció la ejecución de un programa de rescate, en coordinación con la Autoridad Portuaria de Livorno, Italia, la cual se comprometió a realizar una inversión inicial de US$20.0 millones para dragar los muelles del puerto de Santo Domingo, y la construcción de alcantarillados y plantas de tratamiento. No obstante, el proyecto no prosperó luego que el Congreso objetara el endeudamiento para su ejecución, como más adelante ocurriría con otro proyecto presentado por la misma empresa.

Quince días después de que Hipólito Mejía asumiera la Presidencia, en el año 2000, la empresa Souther Cross presentó un proyecto para sanear el Ozama en un periodo de cuatro años, con una inversión de US$445 millones.

Un año después, el Secretariado Técnico de la Presidencia presentaba un ambicioso proyecto de saneamiento de los ríos Ozama e Isabela, tras la firma de un acuerdo entre la compañía griega Abiral Financial Associated, la Autoridad Portuaria de Livorno y el Consorcio Río Ozama.

Dicho proyecto, del que nunca se ofrecieron suficientes detalles, conllevaba un empréstito por US$368 millones, y tampoco logró la aprobación en el Senado, ante alegadas incongruencias y falta de transparencia.

Ya para el 2005, la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) como parte de las obras colaterales de la primera línea del Metro de Santo Domingo, anunciaba el saneamiento de la margen occidental del río Ozama, a través de un túnel de drenaje en toda la orilla del río y la construcción de una avenida de circunvalación con seis carriles. Aquello se quedó en promesas y sólo se concretó la reubicación de algunas familias del barrio La Zurza que vivían cerca del puente de Villa Mella y el saneo de tres cañadas que fueron  desviadas durante el vaciado de los escombros.

Proyecto de ley tampoco prosperó

En 2009, fue presentado ante el Congreso, un proyecto de ley, de la autoría del entonces diputado Carlos Peña, cuyo objetivo era la creación del Gran Parque Nacional Ozama, que entre otras cosas planteaba crear un cinturón verde, en las márgenes de los ríos Ozama e Isabela, así como un circuito compuesto por un gran colector de aguas residuales interconectado con un sistema de plantas de tratamiento. Esta iniciativa, como las demás mencionadas se hundieron en el olvido, mientras varios sectores de la sociedad reclaman la solución a la problemática.

Éxito requiere voluntad del Gobierno

Para el urbanista Erick Dorrejo, la sostenibilidad del nuevo proyecto propuesto por la Coalición Río, será posible, siempre y cuando el mismo sea parte de una política de gobierno definida a nivel nacional y articulada con el nivel local; “esto contribuye a que la iniciativa pueda consolidarse en las instituciones gubernamentales responsables por Ley de los trabajos”. Afirma que de lo contrario, sólo serían esfuerzos individuales “de figuras que hoy están, pero no sabemos hasta cuándo”.

Agregó que el proyecto La Nueva Barquita, que ejecuta el Gobierno de Danilo Medina, podría presentarse como un piloto para probar en el territorio un conjunto de estrategias de intervención con el fin de que puedan mejorarse y luego aplicarse en otros sectores de la misma cuenca hidrográfica.

De su lado, la asociación sin fines de lucro Ciudad Alternativa plantea la participación social de los moradores de las riberas del afluente en el proceso que busca convertir al Ozama en un atractivo turístico. Según un estudio realizado por la entidad , 10,758 viviendas son irrecuperables por lo que sus habitantes deben ser reubicados. También revela que el 86.86% de viviendas se encuentran en riesgo medio o alto.

El experto

Erick Dorrejo
Urbanista
Para Dorrejo, el éxito de cualquier proyecto para salvar el Ozama, depende  “del establecimiento de normativas legales para el uso del territorio, la definición de instrumentos de gestión que garanticen el cumplimiento de lo diseñado y la definición de mecanismos de participación de todos los actores desde la fase de planificación y durante la gestión del proyecto”.

Voluntad política
Expertos señalan que se requiere, tanto de la voluntad política del Gobierno como de los gobiernos locales para solucionar el problema.

Participación
Ciudad Alternativa aboga por la inclusión de los habitantes de la ribera del Ozama para el éxito de cualquier proyecto que se ejecute.

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