Aspectos básicos para decorar con cuadros

Para que un cuadro se integre en la decoración de una estancia, se deben tener en cuenta diversos factores, como su contenido, el marco y cómo se sujeta a la pared.

Para que un cuadro se integre en la decoración de una estancia, se deben tener en cuenta diversos factores, como su contenido, el marco y cómo se sujeta a la pared.Los cuadros son piezas artísticas que cada vez ganan más adeptos en la decoración de estancias. Nos ofrecen muchas posibilidades  en cuanto a corrientes, enmarcados y composiciones se refiere, permitiéndonos personalizar y llenar de vida cada rincón, haciéndolo muy nuestro, ya que la elección de un cuadro no deja de ser una decisión personal que transmite mucho de nosotros mismos.

Los cuadros siempre son adecuados para la decoración de una estancia. Pero, su elección y disposición debe ser la apropiada: por muy bonito (o intrigante, simbólico, etc.) que sea un cuadro, no por eso quedará bien en cualquier parte. Lo fundamental es que se integre en la decoración de la habitación en la cual se sitúe.

Para ello, se deben tener en cuenta varios factores. El primero es el propio contenido del cuadro. Una obra de arte moderno resulta mucho más correcta para una estancia de diseño contemporáneo que para una de corte clásico. En este último caso, una pintura figurativa, como un retrato, un paisaje o una naturaleza muerta, es al menos, en un principio, lo más oportuno. También los marcos desempeñan un papel fundamental. Las tendencias más actuales imponen marcos pequeños, de líneas simples, todo lo contrario a los grandes, con curvas y ondulaciones, a menudo de color dorado, que eran frecuentes décadas y siglos atrás.

La altura más apropiada, y frecuente,  para su colocación es donde se puedan observar sin necesidad de moverse. Si optamos por colocarlos sobre un mueble bajo o sofá, es  recomendable que el tamaño de estos sea superior al del cuadro, ya que de lo contrario no quedarán visualmente estético.

Al igual que con las fotografías, con los cuadros se pueden crear formas, combinaciones y conjuntos en una pared con cuadros distintos, aunque entre ellos no exista ninguna relación previa. Al colocarlos juntos (alineados, unos debajo de otros, formando un triángulo o un cuadrado, rodeando uno grande por varios más pequeños, etc.), las imágenes pueden adquirir nuevos sentidos y significados. También es posible homenajear a uno o varios de los artistas favoritos con reproducciones de obras célebres.

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