No les hagamos el juego

No es casualidad que en este país haya habido 38 reformas constitucionales, la mayoría de las cuales han perseguido incluir una modalidad de reelección y unas pocas excluirla. Y es que tenemos tan poco respeto por las reglas establecidas que no…

No es casualidad que en este país haya habido 38 reformas constitucionales, la mayoría de las cuales han perseguido incluir una modalidad de reelección y unas pocas excluirla. Y es que tenemos tan poco respeto por las reglas establecidas que no hay el más mínimo rubor en gastar horas y recursos en generar movimientos interesados de opinión sobre algo que constitucionalmente está prohibido, como es el caso actualmente para la reelección consecutiva. El presidente Danilo Medina ha sido víctima de la reelección cuando tuvo que enfrentarse internamente a la maquinaria reeleccionista del entonces presidente Leonel Fernández a lo interno de su partido. Pero también ha demostrado con su gobierno, que no hay nada más lejos de la verdad que la falsa creencia que personas interesadas intentan sembrar en las mentes de muchos dominicanos de que algún líder es imprescindible y que de no estar en el poder sería el caos.

De las mayores bondades que ha tenido precisamente este gobierno es demostrar a muchos que sólo la alternancia permite que emerjan nuevos liderazgos iguales, mejores o peores que los anteriores; pero necesarios para permitir relevos y garantizar una verdadera democracia.

Lamentablemente esta es una sociedad presidencialista y politizada, en la que muchos aspiran a gozar de los favores del jefe y otros a no perderlos nunca, aunque hayan transcurrido más de 50 años de la muerte del tirano. Por eso se multiplican las loas y las consignas mesiánicas de que el presidente de turno tiene que permanecer en el poder y que de eso depende el futuro de la nación, desde las tristemente célebres frases de “Horacio o que entre el mar” y “cuatro años más por necesidad”, cuando la realidad es que sólo el bienestar de quienes promueven la reelección está en juego.

Es una lástima que los medios de comunicación en aras de arañar una noticia le sigan la corriente a los alentadores de la reelección manteniendo constantemente el tema en la palestra como si no se tratara de algo prohibido por la Carta Magna y como si modificarla fuera algo trivial.

Cada país ha decidido en su Constitución el modelo a seguir, los Estados Unidos con una reelección consecutiva, la reelección luego de transcurridos dos mandatos como es el caso de Panamá; pero el problema en nuestro país es que ningún modelo perdura porque la mayoría de los gobernantes ha sucumbido a la tentación de mantenerse en el poder y en vez de que las reglas se impongan, sus deseos se han impuesto a las reglas.

No nos dejemos utilizar por quienes siempre han pensado más en sus beneficios personales que en el futuro de la Nación, queriendo hacer ver que es natural que el presidente aspire a reelegirse a sabiendas del daño que esto haría a la sociedad y a él mismo. El presidente dijo “…debo someterme al plazo y, llegado el momento, yo voy a emitir mi opinión, si es que todavía lo requieren acerca del tema”, lo que habida cuenta del mandato constitucional no puede tener otra interpretación de que su plazo son 4 años. No convirtamos en brecha lo que es simplemente la admisión de la realidad cayendo en la trampa de hacerle el juego a quienes solo buscan satisfacer sus apetitos personales sin medir las consecuencias.

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